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20 de abril de 2013

Aniversario de Hitler

Con motivo del aniversario de Hitler, he querido recopilar unas frases del Führer que recogió en sus memorias una de sus secretarias, Christa Schroeder:

- Las mejores ideas devienen de noche.

- Es difícil que exista un tema que un hombre pueda pensar sin que otro hombre lo haya pensado antes.

- Para descubrir las grandes líneas de un tema y retenerlas hay hablar frecuentemente de él.

- No me puede permitir caer enfermo.

- Jamás besaría a una mujer que tuviera la costumbre de fumar.

- Las mujeres más bellas pertenecen por derecho a los combatientes.

- En la política, hay que conseguir el apoyo de las mujeres; el apoyo de los hombres viene solo, después.

- El hombre tiene una tendencia natural a mostrarse ingrato.

- De la dignidad al ridículo hay sólo un paso.

- El jefe de un ejército debe vivir con la misma simplicidad que los hombres a quienes manda.

- La tragedia de esta guerra estriba en el hecho de que tres hombres geniales compiten entre ellos.

- Lo único que queda tras la vida de un hombre son sus sombras y el recuerdo que deja.

- Carezco de sucesor.

- No pienso en abandonar Berlín; prefiero matarme.


Según el ayudante de Hitler Fritz Wiedemann, en los cumpleaños del Führer el gran salón de la cancillería se colocaban los regalos que recibía. Se recibía de todo "empezando por valiosos óleos que le había enviado un industrial, hasta un par de calcetines, regalo de alguna viejecita". También se solía recibir tartas de chocolate con un "Heil a nuestro Führer" o una maqueta de un acorazado, hecha a mano, con la bandera de la cruz gamada. En total habría siempre cerca de mil regalos, "expresión conmovedora de la admiración y el amor profesado a este hombre por las amplias masas del pueblo."

También recibía Hitler miles de cartas el día de su cumpleaños. Veamos algún ejemplo:

" ¡Señor Canciller del Reich Adolf Hitler!
   Manifestamos nuestra más sincera gratitud. Con nuestro movimiento por fin he vuelto a tener trabajo, después de cuatro años, como recadera. Mi marido lleva 4 años y medio sin trabajo, pero ya pronto le llegará su turno. Ahora al menos podemos comer hasta quedar satisfechos.
   Con la mayor consideración, alzamos la vista hacia nuestro Führer."

Los poemas también eran habituales:

¡Viva nuestro Führer! ¡Viva la patria alemana!
Donde algún día nacimos.
A tu lado estamos firmes,
En la lealtad que te juramos.
Pues nos has devuelto el honor,
Y has restituido el heroísmo.
Por eso alzamos nuestra mirada a Dios,
Que desciende sobre nosotros con su bendición.

¡Viva nuestro Führer! ¡Viva la patria alemana!
Tú nos has concedido la libertad.
Dondequiera que ardiese la lucha,
Y sangrasen y padeciesen nuestros héroes,
Allí estabas tú, redentor de la ignominia y el ultraje.
Heraldo y vencedor en el combate.
Nosotros te emulamos fielmente,
Y no nos apartamos de tu lado.

¡Viva nuestro Führer! ¡Viva la patria alemana!
Al atravesar el umbral de un nuevo año,
LA mano te tendemos en tu natalicio,
En nombre de todos los alemanes.
Dios te proteja, águila audaz y valiente,
Y alce tus alas en vuelo.
Queremos ser un pueblo libre
Y unido, hoy y siempre.

(extraído de Cartas a Hitler, Henrik Eberle)




20 de abril de 2011

Cumpleaños del Führer

Hoy es el cumpleaños del Führer. Durante muchos años en esta fecha Hitler recibía una ingente cantidad de regalos procedentes de toda Alemania y del extranjero. Escojo como homenaje algunas de  las descripciones que hizo su secretaria personal Christa Schroeder:

- Toda la vida de Hitler no había sido si no esfuerzos y luchas. Vencedor mucho tiempo ante las más temibles adversidades, le resultaba difícil imaginar que, un día, su estrella pudiera conocer un final tan lamentable.

- Un día, tras un congreso del partido en Nuremberg, se quejó de que se encontraba cansado. Durante un desfile que duró varias horas, había permanecido bajo un sol de plomo, el brazo elevado en saludo, intentando, como me explicó luego, fijarse en cada una de las figuras que ante él desfilaban. "Cada uno debe tener la impresión de que me he fijado en él personalmente, y esto me fatiga enormemente".

- Llegó a suceder que mujeres que le vieran quedaran como paralizadas en su sitio y que fueran atropelladas por los automóviles que venían detrás.

- Hitler no sólo era duro y obligatorio con los demás, sino que lo era en igual grado consigo mismo.

- Cuando, en el curso de una conversación privada, recibía una nota informándole de alguna catástrofe, Hitler mantenía la calma.

- Solía lamentarse conmigo de no disponer del tiempo necesario para leer la bella literatura dedicada a los problemas del espíritu y de estar condenado a leer tratados técnicos, únicamente. Ese lado negativo de su formación explica los numerosos reveses que sufrió en el plano psicológico.

- Frecuentemente compraba cuadros que no le gustaban con objeto de apoyar al artista.

- Durante la guerra, me confió más de una vez que su mayor anhelo sería quitarse el uniforme y dedicarse exclusivamente a las cosas del arte.

- Se jactaba de haber dado la orden de fotografiar en color el interior y el exterior de cada monumento histórico para que, al llegar la paz, pudieran reconstruirse exactamente.

- Su necesidad de saberlo y comprenderlo todo exigía horas de explicaciones ante la menor intervención.

- Hitler tenía una verdadera animadversión a desnudarse delante de otra persona.

- Hitler estaba obsesionado por la idea de llegar hasta una edad avanzada.

-Gracias a su alimentación exclusivamente vegetariana y a su renuncia al tabaco y al alcohol, Hitler contaba con ganar unos años más de vida para terminar la obra de su misión terrestre.

- Desde su punto de vista, la nicotina era más temible que el alcohol.

- Acariciaba la idea de prohibir con una ley el tabaco.

- Prefería sobre todo los platos únicos y tenía una marcada debilidad por las alubias. A continuación venían los guisantes y las lentejas. No había ninguna diferencia entre lo que él comía y lo que se servía a los invitados, a excepción de que su comida no había estado en contacto con ninguna carne o grasa.

- Hablando sinceramente, creo poder desmentir las imputaciones de que tenía una vida sexual anormal... estoy convencida de que, en ese dominio, era perfectamente normal.

- Los deseos de dar y de recompensar le representaban un placer y una satisfacción reales.

- Estoy persuadida de que, en parte, respondía a la afectuosa amistad que sentía hacia los niños.

- En presencia de las víctimas, raramente se comportaba como un dictador intransigente.

-Cuando sitió Varsovia, lanzaba llamadas a la población invitándola a abandonar la ciudad.



2 de abril de 2010

El libro secreto de Hitler

Timothy W. Ryback en el libro de reciente aparición "Los libros del Gran Dictador" (qué título tan feo y confuso) habla en todo un capítulo sobre un libro que supuestamente escribió Hitler. Como es sabido, Hitler escribió su primer libro mientras estaba en la cárcel. Cuando fue puesto en libertad se entregó a la escritura de la segunda parte. Con el tiempo ambas partes se publicarían en un solo tomo. Cuando Mein Kampf fue completado, Hitler se encargó de escribir otro libro, enfocado más a la política exterior, aunque también se dice que quería escribir un libro de memorias de sus experiencias en el frente durante la Gran Guerra.  Ryback dice en su libro que Hitler escribió 234 páginas en seis semanas, hacia 1928. Ryback incurre en el típico "podemos afirmar, con toda probabilidad, que el manuscrito fue quemado junto a la mayoría de documentos personales. En la primavera de 1945 ordenó a su ayudante, Julius Schaub, que recogiera los documentos privados que se encontraban en su apartamento de Múnich y en el Obersalzberg y que lo quemara todo."


He consultado las memorias de Christa Schroeder y hace alusión a este hecho:

"Desde 1925, Hitler empezó a escribir, en el más grande secreto una obra sobre política exterior. Nadie conocía la existencia del montón de hojas que había recubierto con su escritura pequeña y casi ilegible. Solo muy raramente, y solamente cuando se encontraba roído de dudas, hacía alusión a la obra en la que estaba trabajando. En 1939, poco después de declarar la guerra, en un acceso de megalomanía, comunicó a Hess delante mío: "Ahora, toda mi obra se hunde. He escrito mi libro para nada."

John Toland también hace alusión a este libro. Pero, a diferencia de Riback, nos dice que fue el mismo Hitler quien prohibió la publicación del libro. Dice Toland que "quizá temió que resultara demasiado filosófico y pesado para sus seguidores, o muy endeble y transparente para los más cultos." Sin embargo, Ryback dice en su libro que el hecho de que no se publicara el libro se debió a otros motivos. Dice que Hitler volvió a la actividad política y arrinconó el libro. También habla de que no se publicó por cuestiones comerciales ya que las ventas de Mein Kampf no eran muy buenas y los editores de Hitler no vieron con buenos ojos la publicación de un nuevo libro. También menciona las dudas del propio Hitler con respecto al libro. 

Otro dato al respecto lo hallamos en las últimas semanas de la vida de Hitler. Esta vez recurro a David Irving. En las últimas páginas del grueso "La Guerra de Hitler" Irving dice en boca del propio Hitler:

- Schaub, debemos destruir inmediatamente todos los documentos que aquí haya. Busca gasolina.

"Con mano temblorosa, Hitler extrajo las llaves de la caja, las entregó a Schaub, y entró en un minúsculo dormitorio. Mientras Schaub abría la caja, a los pies de la cama, y metía su contenido en una maleta de color castaño que había puesto sobre la cama, Hitler se sacó del bolsillo del pantalón la pequeña pistola Walther de 6.35 milímetros, y la sustituyó por otra Walther, más letal, de 7.65 milímetros, que tenía en la mesilla de noche. La maleta fue trasladada arriba. Con el contenido de las cajas de la Cancillería se llenaron más maletas. Luego fueron vaciadas en un cráter en el jardín. Durante un rato, Hitler estuvo en pie, al lado de Schaub, viendo cómo las llamas consumían los papeles de sus memorias, sus notas y las cartas recibidas de hombres de Estado de todo el mundo. Luego, Hitler se lamentó:  "En cierta ocasión, Richelieu dijo: "Me basta con que me den cinco líneas escritas por un hombre." ¡Qué pérdida! ¡Mis queridas memorias! Pero da igual... tarde o temprano uno ha de renunciar a estas cosas."

Hay que observar que Hitler menciona el libro en dos ocasiones, una en 1939 cuando estalla la guerra, según su secretaria, y otra al finalizar la misma, en 1945, cuando quema los documentos junto a su ayudante Schaub. Pero, ¿escribió realmente Hitler el libro? Existen muchas dudas. De lo que no cabe duda es de que el libro apareció publicado después de la guerra con el título de "El libro secreto de Hitler". Ryback dice que Hitler olvidó que existía otra copia del libro que se había guardado en una caja fuerte de la editorial Eher Verlag, en el centro de Múnich. El manuscrito esta mecanografiado y consta de 324 páginas:

"Joseph Berg, que vive en el número 35 de la ScheubnerRichterstrasse, de Múnich, y era el director técnico de esta editorial, nos entregó el manuscrito de una supuesta obra inédita de Adolf Hitler, escrita hace más de quince años y guardada en una caja fuerte. El señor Berg tenía órdenes estrictas de no imprimir ni mostrar a nadie el manuscrito."

Según  Ryback Hitler le dijo a Hanfstaengl a mediados de los años 30:

- Me alegro de que no se haya publicado este libro. ¡Cuántas complicaciones políticas me causaría en este momento."

Amann le había ofrecido a Hitler un adelanto de un millón de marcos y que los derechos le reportarían millones. Ryback opina que Hitler veía mucho riesgo en la publicación del libro. Lo cierto es que la política exterior que Hitler se vio obligado a llevar una vez alcanzado el poder, fue muy distinta de la que él quiso. 

¿Existió tal libro? A la vista de los testimonios es muy probable que sí. Otra cuestión muy diferente es lo que se publicara después de la muerte de Hitler. Yo solo he leído extractos. 

15 de junio de 2009

Hitler y el tabaco


Que Hitler fue un enemigo del tabaco parece que no resulta tan conocido al gran público. Lo digo porque, con motivo de la publicación en Gran Bretaña de las memorias de Christa Schroeder (de la que hablé aquí hace poco), lo que más ha llamado la atención es la postura de Hitler frente al tabaco. Lo que sorprende a la prensa es que la postura de Hitler es muy parecida a la política que se sigue en la actualidad con el tabaco. Hitler quería disuadir a los fumadores poniendo una calavera en las cajetillas de tabaco. Sin embargo también tenía en mente prohibir la venta de tabaco. En el caso de Hitler no se puede negar su capacidad visionaria y su intuición. Porque por aquella época apenas se hablaba del asunto. Yo creo que un estado debe velar por la salud de sus ciudadanos y si se tiene certeza de que un producto (el tabaco en este caso) produce cáncer y muchas enfermedades, prohibir de inmediato su venta.

Por ejemplo, el gobierno español ha subido hoy el precio del tabaco. Sabemos que es para recaudar más impuestos pero también se han atrevido a decir que es una medida disuasoria para que la gente deje de consumir. Dicho de otra forma: es una hipocresía absoluta.

Como digo, se ha publicado en Gran Bretaña las memorias de Christa Schroeder. Observo que tiene el título que ella eligió en alemán. Ya expliqué que existen dos versiones de sus memorias, las auténticas y las que corrigió sin piedad Albert Zoller. Como sabemos Christa Schroeder fue una leal a Hitler hasta el final. Por eso es de dudar que escribiera unas memorias difamatorias hacia Hitler. En la crítica que hacen ahora a sus memorias dicen que ella presenta a un Hitler "casi humano", como si presentar a Hitler como humano fuera inmoral. Bien, habrá que esperar a ver si se traducen al español estas memorias. Yo creo que sería interesante porque las que se editaron aquí con el título de "Doce años junto a Hitler" son claramente una mala falsificación.

Esperemos también que los gobiernos adopten la medida de prohibir el tabaco y no practiquen tanto cinismo. Hitler pudo ser muchas cosas, pero en otros muchos aspectos tenía más coherencia y valentía que muchos dirigentes demócratas.

4 de junio de 2009

Las secretarias de Hitler

Gracias a la película "El Hundimiento" la secretaria más conocida de Hitler es Traudl Junge. Lo curioso es que esta señora se dio a conocer muy al final de su vida, a pesar de que muchos historiadores hablaron con ella siempre. También es curioso que Traudl Junge solamente estuvo junto a Hitler desde 1943. Lo que no sale en la película, y no es tan conocido, es que Junge cuando huyó del búnker de Hitler no tuvo tanta suerte como aparece en la película. La señora Junge fue violada en repetidas ocasiones por los soldados soviéticos y fue hecha prisionera personal de un alto rango de los servicios secretos soviéticos. A Traudl Junge debemos el libro "Hasta el último momento" en donde narra sus vivencias junto a Hitler y alguna anécdota interesante del Führer. Por lo demás, la mujer se pasó el resto de su vida lamentándose por su colaboración "inocente" con Hitler.

La siguiente secretaria más conocida de Hitler es Christa Schroeder, que trabajó para el Führer durante todo su mandato. El libro que escribió Schroeder se titula "Doce años junto a Hitler". Ciertamente este libro sí que contiene datos interesantes aunque me llamó la atención algún detalle. Por ejemplo, Schroeder se refiere en una ocasión a Hitler como "el mayor hipócrita de Alemania". En otra ocasión asegura la secretaria que Hitler le dijo una vez, a propósito de ciertos crímenes que se cometían y que mucha gente pensaba que no eran del conocimiento de Hitler, "tonterías. Lo se todo". Así que cuando leí el libro tuve mis dudas porque es conocido que Christa Schroeder fue una fanática defensora y admiradora de Hitler.

Bien, pues resulta que el libro fue concebido por uno de los interrogadores de Schroeder tras la guerra que se llamaba Albert Zoller. La secretaria estuvo internada en un campo de concentración y fue interrogada hasta la saciedad. Por aquella época lo que más interesaba a la gente encarcelada era salir cuanto antes. Así que es fácil imaginar la cautela que tuvo que tener Schroeder para poder lograr su libertad. Finalmente la consiguió en 1948 con el grado de "simpatizante del nazismo". Tanto Zoller como Schroeder acordaron publicar un libro con las vivencias de la secretaria pero pronto ésta se dio cuenta de que muchas de las cosas que aparecían en el libro ella no las había escrito. Así que la secretaria no le dio el permiso para publicarlo. Sin embargo Zoller sí que lo editó bajo el nombre de "Hitler en privado. Vivencias de una secretaria secreta". Nótese que no aparece el nombre de Schroeder por cuanto ella no le dio el permiso. La secretaria se pasó el resto de su vida lamentándose de que ella no había dicho jamás ciertas cosas. Sin embargo ella sí que logró publicar el libro en alemán (Zoller publicó el suyo en francés) bajo el título de "Er war men Chef" (Él Fue mi Jefe). Sin embargo las traducciones que han abundado han sido las de Zoller, con los consiguientes errores de una traducción a otra. Puesto que Christa Schroeder esta muerta, se puede publicar el libro ya que no hay que pagar derechos de autor. Pero lo cierto es que la propia secretaria siempre renegó del libro y de muchas frases que ella nunca pronunció.

Así pues, aun cuando el libro contiene aspectos muy interesantes, hay que tener en cuenta la historia real de Christa Schroeder y que en la editorial Milenio, que publicó el libro en español hace unos años, no explica en absoluto.

Otra secretaria conocida de Hitler fue Johanna Wolf (en la imagen junto a Christa Schroeder) y otra Gerda Daranowski. Johanna Wolf
nunca aceptó hablar sobre Hitler, por más que le ofrecieron sumas millonarias. Ella siempre afirmó que fue la secretaria privada de Hitler y que no debía hablar sobre él. Ciertamente es una postura coherente, a la vista de los problemas que tuvieron sus compañeras. Tambien Gerda Daranowski fue violada por los soviéticos en muchas ocasiones tras la guerra.

Lo que me llama profundamente la atención de las secretarias de Hitler es la confianza que el Führer tuvo con ellas. Era tanta, que ellas siempre estuvieron dentro del círculo de los íntimos de Hitler. Ciertamente el cariño entre ellos fue mutuo. Hitler siempre las trató con mucho cariño y respeto y ellas le sirvieron con lealtad. Yo me pregunto qué secretarias han tenido el protagonismo que tuvieron estas mujeres en la historia. Digo protagonismo por la cercanía que tuvieron con Hitler. Ellas acudían a comer en compañía del Führer, iban a toda clase de fiestas de las más altas esferas del régimen etc. Esto nos demuestra una vez más la sencillez de Hitler. De hecho Hitler siempre prefirió tratar con gente sencilla. Todo su círculo de empleados era muy querido por él.

19 de febrero de 2009

Hitler glotón


Voy a tratar de recapacitar sobre el nuevo informe secreto de Hitler. Cada poco tiempo tenemos acceso a uno nuevo. Lo curioso de este es que ¡ha pasado 64 años olvidado en una estantería! Resulta muy sospechoso. Un documento de esas características no puede pasar desapercibido a nadie que lo tenga. Lo digo simplemente porque su poseedor siempre sabría que podría rentabilizarlo económicamente. ¿Por qué no lo hizo antes? Qué sospechoso...

El siguiente motivo de extrañeza es que el informe ¡no dice absolutamente nada que no se supiera! Cierto es que aun no lo hemos leído integro pero, por lo que ha publicado la prensa, es más de lo mismo. Parece ser que lo que más ha llamado la atención de nuestros periodistas es que Hitler se atiborraba de dulces y pasteles.  No es una novedad. También les llama la atención el que Hitler sufriera un desorden digestivo.


En más de una ocasión se le ha culpado a su vegetarianismo. La dieta vegetariana es precisamente la mejor contra el flato. Y Hitler lo sabía. Se ha exagerado y ridiculizado su ingesta de dulces. Por supuesto, no es ninguna novedad su gusto por los dulces. Se los preparaban siempre sus cocineras. Conocemos por sus secretarias también que cuando al Führer le gustaba mucho algún postre, hacía que se lo retiraran para no acabar el plato. También es cierto que esta ingesta de dulces fue aumentando conforme la guerra avanzaba. Hasta entonces Hitler siempre se controló en ese sentido. Yo entiendo que se pudiera deber a varios motivos:

1) a una respuesta a la extraña medicación del Dr. Morell
2) a obtener una forma rápida de placer ya que el Führer llevaba una vida prácticamente de privaciones y privado de placeres.
3) Muchos vegetarianos experimentan un gran placer con los dulces al tener que privarse de otros placeres culinarios provenientes de animales.

Su secretaria Christa Schroeder explicó:
- Me era imposible entender cómo alguien que continuaba predicando una vida de ascesis, podía atracarse así de dulces y pasteles. Nos explicaba que comía menos por la cena a fin de poder comer más reposterías. Mientras se entregaba así a su satisfacción preferida no hablaba de ello. Glotonamente engullía los pasteles, como si tuviera miedo de que alguien se los pudiera quitar. Como excusa, nos decía que nunca había podido comprender que una persona no apreciara los dulces.


Conozcamos un poco más los gustos culinarios de Hitler, también a través de Schroeder:
- El desayuno durante los primeros años se componía de un vaso de leche y de un poco de pan de régimen. Más adelante, no comía sino una manzana rayada y, al final, una especie de compota preparada según la fórmula de un médico suizo.


- Hitler, muy frugal, prefería sobre todo los platos únicos y tenía una marcada debilidad por las alubias. A continuación, venían los guisantes y las lentejas. No había ninguna diferencia entre lo que él comía y lo que se servía a los invitados, a excepción de que su comida no había estado en contacto con ninguna carne o grasa. Rechazaba incluso el caldo de carne. La carne le inspiraba literalmente horror. Estaba convencido de que su consumo apartaba de la vida natural al hombre. Cuando discutíamos sobre ese punto, nos citaba el ejemplo de los caballos y los elefantes, animales dotados de una gran fuerza, contrariamente a los perros, animales esencialmente carnívoros, que se agotan rápidamente al hacer un esfuerzo....
(Doce años junto a Hitler, Christa Schroeder)

Según Traudl Junge, otra de sus secretarias, los trastornos estomacales de Hitler se debían a su naturaleza nerviosa o imaginaria. Hitler tuvo varios cocineros dietéticos. Cuando Hitler estaba en Obersalzberg, una cocinera del sanatorio le preparaba su comida. Según Junge, Hitler tenía pasión por el aceite de linaza y le gustaba aderezar las patatas cocidas con ese aceite. Eva Braun también tenía problemas estomacales así que también comía platos con poca grasa.

Cabe decir también que si Hitler se hubiera atiborrado siempre de dulces como dicen, hubiera sido una persona obesa. Y Hitler sentía pánico a engordar. No le gustaba presentarse ante los alemanes con unos kilos de más. Y lo cierto es que siempre mantuvo un peso adecuado.



A mi entender, si Hitler padeció un "serio desorden digestivo", como se dice en el informe, se tuvo que deber forzosamente al ritmo de vida que llevó durante sus últimos años y añadido a los extraños medicamentos del Dr. Morell.

Sobre los malos modales de Hitler en la mesa,  cuesta entender que personas que le trataron a diario nunca comentaran nada al respecto y sea precisamente un militar que comió junto a él durante una veintena de veces quien se diera cuenta. Hitler trató durante su vida con personajes muy distinguidos. Durante su ascenso al poder siempre era invitado a comer junto a familias pertenecientes a la aristocracia y ya durante su mandato tuvo como invitados a personajes ilustres del mundo entero. Cuesta creer que nadie nos haya dejado testimonio de su mala educación. 64 años después, nos viene un informe secreto y nos lo revela. ¿Qué curioso no?

6 de noviembre de 2008

Las secretarias del Führer



Ya se sabe que Hitler fue teniendo más y más confianza con sus secretarias a medida que pasaba el tiempo, invitándolas a sus cenas, tertulias y su vida íntima. Hitler las adoraba y ellas también a él. Al final, cuando se estrechaba el círculo en Berlín, Hitler las quiso poner a salvo en el Berghof. Dos de ellas, Johanna Wolf y Christa Schroeder, partieron hacia el refugio alpino de Hitler para trabajar allí y por si el Führer se decidía a ir. Quedaron dos junto a él Traudl y Gerda. El 22 de Abril de 1945 Hitler les da también la orden de marcharse. Les dice:

- Vístanse inmediatamente, señoras. Dentro de una hora despega una avión que las llevará al Sur. Todo está perdido, irremediablemente perdido.

También se lo pide a Eva Braun, que le dice:

- Tú sabes que me quedo contigo. ¿Por qué entonces deseas que me vaya?

Entonces Hitler le besó en los labios. Nunca lo había hecho en público.

Las secretarias y la cocinera contestaron:

- Nos quedamos aquí.

Hitler las miró e insistió:

- Les ordeno que se marchen.

Sin embargo, las mujeres movieron la cabeza negativamente. Al final Hitler les estrechó la mano y les dijo:


- Ah, si mis generales fuesen tan valientes como ustedes...

El relato de Traudl Junge lo conocemos de sus memorias, que inspiraron en parte la película "El Hundimiento".  Christa Schroeder tuvo un destino amargo. Al final de la guerra tuvo que colaborar con un oficial francés en la redacción de un libro, "Doce años junto a Hitler". Christa se lamentaría de por vida. Pidió perdón a sus antiguas compañeras y amigas porque "me hicieron decir lo que querían. Estaba sola, intimidada." Los editores recogieron testimonios inventados acerca de Hitler y lo reunieron en ese libro inventado acerca de Hitler. Lo curioso es que ese libro se reeditó hace bien poco, aun a sabiendas de que mucho texto esta inventado por los editores. Schroeder estuvo en un campo de concentración y, tras su colaboración con los editores, se revisó su condena y le permitieron salir del campo. La secretaria sí escribió un libro en alemán titulado "Él fue mi Jefe" pero el libro "Doce años junto a Hitler" se publicó primero en francés, de donde partieron el resto de traducciones, incluida la alemana. Christa se pasó el resto de su vida advirtiendo que ella no había dicho todo lo que se imprimió en el libro. Así pues, hay que coger el libro con mucho cuidado. Yo lo he leído y ciertamente me sorprendieron muchos pasajes. Me sorprendió mucho que se hablara de exterminios, abonos  hechos a partir de cenizas humanas y otros asuntos que sabemos Hitler nunca hablaría con sus secretarias. 

Las verdaderas memorias de Christa Schroeder las dejó ella misma al historiador Anton Joachimsthaler, que las publicó con muchos comentarios y aclaraciones. Lamentablemente no tenemos traducción al español, por lo que solo se puede conseguir en idioma alemán. Ciertamente la bibliografía sobre Hitler en español, a pesar de ser numerosa, es muy comercial y tiene numerosos errores. Gran culpa de la imagen que tenemos de Hitler la tienen esas traducciones e inventos sobre su figura. Quizá lo que podemos hacer es comparar los libros que tenemos y observar dónde están las contradicciones y errores. 

Primera imagen: Hitler con sus secretarias Daranowki y Wolf. Segunda Imagen: Christa Schroeder
Parte de la información sacada del libro Hitler y Eva Braun, de Nerin E. Gun

28 de octubre de 2008

Hitler y el vegetarianismo



Las primeras noticias sobre el vegetarianismo de Hitler las encontramos de la mano de su amigo de juventud, Kubizek, en concreto en su libro "Adolf Hitler, Mi Amigo de Juventud".  Las memorias de Kubizek son la única referencia que tenemos sobre la juventud de Hitler. Aunque también debemos tener reservas en cuanto a su absoluta veracidad, lo cierto es que son una fuente muy rica en cuanto a acontecimientos y situaciones de la juventud del Führer.  Hitler, como amante de Wagner que era, abrazó el vegetarianismo al igual que el conocido músico. Pero aunque Kubizek indique que Hitler ya era vegetariano con 16 años, lo cierto es que cuando se inició la Primera Guerra Mundial, le tuvo que ser absolutamente imposible seguir esa dieta ya que no estaba en condiciones de exigir un rancho especial para él. Acabada la guerra Hitler se encontró con el mismo problema puesto que comía prácticamente siempre como invitado en muchos hogares en donde tampoco pudo exigir su dieta vegetariana. Sin embargo, sí existe un consenso en cuanto a que Hitler se hizo estricto vegetariano a la muerte de su sobrina Geli Raubal en 1931. A partir de entonces Hitler tuvo un cambio de actitud y no volvió a probar la carne. Además, por aquel entonces Hitler ya estaba en condiciones de tener sus propios cocineros. Dejemos al propio Führer que hable al respecto:

"En la época que comía carne yo sudaba mucho. Bebía cuatro vasos de cerveza y seis botellas de agua en el transcurso de una reunión ¡y conseguía perder nueve libras! Cuando me hice vegetariano, un sorbo de agua de cuando en cuando me es suficiente. El consumo de carne disminuye en el instante en que el mercado presenta más variedad de verduras y a medida que cada uno puede ofrecerse el lujo de los productos tempranos. Supongo que el hombre se ha vuelto carnívoro porque en la época glaciar le obligaron a ello las circunstancias. Le incitaron también a hacer cocer los alimentos, costumbre que tiene hoy, como se sabe consecuencias perniciosas... He vivido maravillosamente en Italia. No conozco país que más exalte. La cocina de Roma, ¡qué delicia!"

"Si propongo a un niño que escoja entre una pera y un trozo de carne se precipita sobre la pera. Habla su atavismo".

De la mano de dos de sus secretarias tenemos también abundantes anécdotas sobre su vegetarianismo. Traudl Junge nos dice:

"El Führer  intentaba durante la comida que nadie disfrutara de la carne. NO quería convertir a nadie al vegetarianismo, pero de repente se ponía a contar qué horribles son los mataderos: "Cuando el cuartel general estuvo estacionado en Ucrania, mi gente tuvo que inspeccionar el matadero más grande y moderno de allí. Era una fábrica completamente mecanizada, del cerdo a la salchicha, incluido el tratamiento de los huesos y los pellejos. Todo estaba limpio,  y unas chicas muy guapas con botas de goma estaban metidas hasta las pantorrillas en sangre fresca. Sin embargo, muchos se sintieron mal y salieron sin haberlo visto todo. Eso no me puede pasar a mí. Yo puedo contemplar sin problemas cómo sacan de la tierra las zanahorias y las patatas, cómo se recogen los huevos en el establo y se ordeñan las vacas." La mayor parte de los comensales ya estaban tan acostumbrados a estas conversaciones que nadie perdía el apetito. Pero Hitler siempre encontraba una víctima. El impresionable jefe de prensa se puso pálido, dejó el tenedor y el cuchillo y afirmó modestamente que no tenía hambre. A veces, a esta conversación le seguía una pequeña reflexión filosófica sobre lo cobardes que son los seres humanos: los hombres no pueden hacer ni contemplar muchas acciones, pero sacan partido de su conciencia de estas. "

Tambien Junge nos da pistas sobre lo sencilla que era la comida de Hitler:

"Hitler pedía platos simples, zanahorias con patatas y huevos pasados por agua". 

Dejemos hablar ahora a otra de sus secretarias, Christa Schroeder:

"Hacia el mediodía, Hitler llamaba para que le trajeran el desayuno que, durante los primeros años, se componía de un vaso de leche y de un poco de pan de régimen. Más adelante, no comía sino una manzana rayada y, al final, una especie de compota preparada según la fórmula de un médico suizo.

Hitler, muy frugal, prefería sobre todo los platos únicos y tenía una marcada debilidad por las alubias. A continuación, venían los guisantes y las lentejas. No había ninguna diferencia entre lo que él comía y lo que se servía  a los invitados, a excepción de que su comida no había estado en contacto con ninguna carne o grasa. Rechazaba incluso el caldo de carne. La carne le inspiraba literalmente horror. Estaba convencido de que su consumo apartaba de la vida natural al hombre. Cuando discutíamos sobre ese punto, nos citaba el ejemplo de los caballos y los elefantes, animales dotados de una gran fuerza, contrariamente a los perros, animales esencialmente carnívoros, que se agotan rápidamente al hacer un esfuerzo. Para asquear a sus comensales sobre el consumo de carne, le gustaba describir en la mesa cómo un plato de carne representa comer una materia muerta y descompuesta.... Cuando, por el contrario, elogiaba su régimen vegetariano, se lanzaba a eufóricas descripciones sobre el modo en que los elementos habían sido producidos." 

Así pues, creo haber aclarado suficientemente que Hitler fue un vegetariano estricto y que es una fantasía absoluta que su plato favorito fuera trucha asalmonada, como nos han querido vender a través del cocinero belga Jeroen Meus. 

Fuentes:

Conversaciones sobre la Guerra y la Paz, Adolf Hitler
Hasta el último momento, Traudl Junge
Doce Años junto a Hitler, Christa Schroeder

Fotografía: Hitler de paisano en 1928.

30 de septiembre de 2008

Hitler y la Religión


"El cristianismo ha significado un retraso de dos mil años en el desarrollo natural del mundo. La humanidad ha sido escandalosamente explotada y privada de sus derechos más elementales. La fe en un más allá mejor ha alienado al hombre de sus realidades terrestres y de los deberes que contrae, al nacer, con la humanidad."

"Si la Iglesia católica no hubiera abusado de su influencia, ingiriéndose constantemente en los asuntos de Estado, no habría ningún motivo para no tolerar sus prácticas religiosas."

Fuente: "Doce años junto a Hitler" Christa Schroeder