Con motivo del aniversario de Hitler, he querido recopilar unas frases del Führer que recogió en sus memorias una de sus secretarias, Christa Schroeder:
- Las mejores ideas devienen de noche.- Es difícil que exista un tema que un hombre pueda pensar sin que otro hombre lo haya pensado antes.
- Para descubrir las grandes líneas de un tema y retenerlas hay hablar frecuentemente de él.
- No me puede permitir caer enfermo.
- Jamás besaría a una mujer que tuviera la costumbre de fumar.
- Las mujeres más bellas pertenecen por derecho a los combatientes.
- En la política, hay que conseguir el apoyo de las mujeres; el apoyo de los hombres viene solo, después.
- El hombre tiene una tendencia natural a mostrarse ingrato.
- De la dignidad al ridículo hay sólo un paso.
- El jefe de un ejército debe vivir con la misma simplicidad que los hombres a quienes manda.
- La tragedia de esta guerra estriba en el hecho de que tres hombres geniales compiten entre ellos.
- Lo único que queda tras la vida de un hombre son sus sombras y el recuerdo que deja.
- Carezco de sucesor.
- No pienso en abandonar Berlín; prefiero matarme.
Según el ayudante de Hitler Fritz Wiedemann, en los cumpleaños del Führer el gran salón de la cancillería se colocaban los regalos que recibía. Se recibía de todo "empezando por valiosos óleos que le había enviado un industrial, hasta un par de calcetines, regalo de alguna viejecita". También se solía recibir tartas de chocolate con un "Heil a nuestro Führer" o una maqueta de un acorazado, hecha a mano, con la bandera de la cruz gamada. En total habría siempre cerca de mil regalos, "expresión conmovedora de la admiración y el amor profesado a este hombre por las amplias masas del pueblo."
También recibía Hitler miles de cartas el día de su cumpleaños. Veamos algún ejemplo:
" ¡Señor Canciller del Reich Adolf Hitler!
Manifestamos nuestra más sincera gratitud. Con nuestro movimiento por fin he vuelto a tener trabajo, después de cuatro años, como recadera. Mi marido lleva 4 años y medio sin trabajo, pero ya pronto le llegará su turno. Ahora al menos podemos comer hasta quedar satisfechos.
Con la mayor consideración, alzamos la vista hacia nuestro Führer."
Los poemas también eran habituales:
¡Viva nuestro Führer! ¡Viva la patria alemana!
Donde algún día nacimos.
A tu lado estamos firmes,
En la lealtad que te juramos.
Pues nos has devuelto el honor,
Y has restituido el heroísmo.
Por eso alzamos nuestra mirada a Dios,
Que desciende sobre nosotros con su bendición.
¡Viva nuestro Führer! ¡Viva la patria alemana!
Tú nos has concedido la libertad.
Dondequiera que ardiese la lucha,
Y sangrasen y padeciesen nuestros héroes,
Allí estabas tú, redentor de la ignominia y el ultraje.
Heraldo y vencedor en el combate.
Nosotros te emulamos fielmente,
Y no nos apartamos de tu lado.
¡Viva nuestro Führer! ¡Viva la patria alemana!
Al atravesar el umbral de un nuevo año,
LA mano te tendemos en tu natalicio,
En nombre de todos los alemanes.
Dios te proteja, águila audaz y valiente,
Y alce tus alas en vuelo.
Queremos ser un pueblo libre
Y unido, hoy y siempre.
(extraído de Cartas a Hitler, Henrik Eberle)