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7 de junio de 2013

El caso Rauschning

Son muchos los lectores que me preguntan por Rauschning. Recientemente desde el blog Filosofía Crítica , se me preguntó también sobre este personaje.

Rauschning es un personaje con muy poco crédito en la historia. Ningún  historiador actual da crédito a sus libros. De hecho todas las afirmaciones de Rauschning son inventadas. Es absolutamente imposible retener en la memoria párrafos enteros que este hombre atribuye a Hitler. Prueba tu a mantener una conversación con alguien y después de unas horas intenta escribir lo que ha dicho: es imposible. Pero bueno, el historiador suizo Wolfgang Haenel investigó el libro y llegó a la conclusión de que era un fraude total. Para ese historiador, "el libro solo tiene valor como propaganda de guerra aliada". 

 Al principio este hombre fue tomado en serio, incluso por Trevor-Roper, pero incluso éste quedó en entredicho por haber bebido de las fuentes de Rauschning. El libro "Conversaciones sobre la Guerra y la Paz" , las famosas conversaciones de sobremesa de Hitler, tuvo una introducción de Trevor-Roper en 1953 que tituló "La mente de Hitler". Pues bien, la mayor parte de las fuentes de Trevor-Roper están totalmente desacreditadas, en especial las que se refiere a Rauschning.

En una segunda edición publicada en los años 80, Trevor-Roper reconoció su error al usar fuentes de Rauschning pero se justificó diciendo que, aunque inventadas, eran veraces, lo que constituye un engaño a todas luces al lector. 

El conocido libro de Rauschning "Hitler me dijo" se puede descargar de Internet con facilidad. 


Rauschning no fue un jerarca del nazismo. Solamente cuando vio que no pudo ascender, despotricó del régimen convirtiéndose en un enemigo. Es natural que no haya que fiarse de sus declaraciones, a todas luces fantasiosas. Se trasladó a Suiza, Francia, Reino Unido, para mudarse finalmente en 1942 a EEUU donde adquirió la ciudadanía. Allí colaboró con Henry Morgenthau,  a quien ya conocemos por sus planes contra el pueblo alemán. 



Poseo el libro que veis arriba, "Confesiones íntimas". Curiosamente en la introducción el editor advierte:

"El título que presentamos ha sido centro de un áspero debate: algunos estudiosos lo han señalado como un documento apócrifo, nacido al calor de la propaganda aliada. Según palabras del autor, es el resultado de diversas reuniones y conversaciones que el líder nacionalsocialista mantuvo con su círculo más cercano, y de las que él mismo, en compañía de otros dirigentes del entorno hitleriano, fue testigo directo y partícipe. Siguiendo sus opiniones, fue en esos encuentros donde Hitler dio a conocer sus ambiciones y planes secretos, que exponen sin tapujos sus ideas verdaderas, ideas que siempre ocultó.... sin eludir la controversia de su origen, la presente edición tiene por objeto rescatar un documento vivo, escrito por un protagonista inmerso en una época terrible....."

Así que si el editor mismo del libro admite controversia, nosotros no tenemos más que añadir: las declaraciones de Rauschning son falsas a todas luces.

En todo caso, voy a poner ejemplos que aparecen en el libro y que a cualquier aficionado en la materia deberían provocar la carcajada:

Por ejemplo, en el capítulo "El Anticristo" nuestro  Rauschning asegura que en una ocasión se reunió en la Cancillería con el "flamante canciller del Reich" Hitler. Incluso se atreve a citar a destacados líderes del nacionalsocialismo que estuvieron presentes en la reunión. Cita  a Julius Streicher, el gauleiter Wagner, la señora de Goebbels...  Rauschning nos asegura que Hitler llegó en ese momento del cine y que el príncipe Augusto Guillermo de Prusia hizo el siguiente comentario "Es una cinta muy endeble y mala, ¡Ah! , nos queda aún una misión educadora por cumplir". La cita del príncipe viene acompañada de una anotación en la que hace una pequeña biografía del aristócrata y, tranquilamente, nos dice que vivió entre 1864-1927, con lo cual es muy difícil que el príncipe susodicho hubiera asistido a la reunión, ya que Hitler solo fue canciller a partir de 1933. Naturalmente, suponemos que se referirá a  Augusto Guillermo Heinrich Günther, que falleció en 1949 y que sí colaboró con Hitler. En todo caso, es sonrojante que citen una reunión de Hitler con alguien que ya estaba muerto. 

En el libro nuestro Rauschning cita a menudo a otro embustero y mentiroso con respecto a Hitler: el conocido Ernst Hanfstängel. Con lo que ya tenemos otra prueba más de la falsedad de las conversaciones de Rauschning. 

Fest, el biógrafo que más crédito dio a Rauschning

Curiosamente John Toland ni menciona a Rauschning. Sin embargo Joachim Fest lo menciona a menudo en su biografía de Hitler. Comienza mencionando la obra de  Rauschning "La revolución del nihilismo". En esa obra, nos dice Fest,  Rauschning asegura que "Hitler y su estrecho círculo de seguidores no eran más que falsos revolucionarios que ni tenían ni luchaban por ninguna ideología concreta, sino que utilizaban varias ideologías con un único fin: la conquista, afianzamiento e incrementación del poder personal". Más adelante Fest da credibilidad a las fantasías de  Rauschning y pone en boca de Hitler semejante frase: "Debemos ser crueles. Debemos reconquistar para la crueldad a la buena conciencia. Sólo de esta forma podremos extirpar de nuestro pueblo la blandura y el sentimentalismo burgués, esta 'calma idílica', esta beatífica felicidad. No hay tiempo para los bellos sentimientos. Debemos obligar a nuestro pueblo a la grandeza, si queremos que cumpla con su cometido histórico." No contento con que nos traguemos semejante embuste, más adelante Fest sigue dando crédito a  Rauschning con actitudes impropias de Hitler con frases como "Yo no quiero descender otra vez. Usted quizá pueda esperar. ¡Usted no está sentado sobre el fuego! ¡Hombre, escúcheme, sin trabajo! Antes de volverlo a ser, me convertiré en delincuente. Yo me mantendré arriba, aunque tenga que hacer lo imposible. ¡No volveremos a atacar otra vez para alcanzar esta cima!". Sorprende mucho que Fest de crédito a este tipo de frases descabelladas.
Kershaw, uno de los mayores difamadores de Hitler
Ian Kershaw (de quien volveré a hablar en breve) no menciona a  Rauschning en su biografía de Hitler. Y lo cierto es que incluso dijo que la obra de Rauschning no merecía credibilidad. Es de esperar, que  si el mayor oportunista sobre Hitler que es Kershaw, quien no desaprovecha ocasión alguna para difamarle, no pudo utilizar las citas de Rauschning, la sentencia absoluta es que Rauschning es uno de los mayores bulos.

Pero curiosamente, si  Rauschning fue un hombre al que Hitler se manifestó de manera tan íntima, Hitler no lo menciona si quiera en sus conversaciones privadas, lo cual es muy sospechoso. 

27 de enero de 2013

80 Aniversario de la toma del poder de Hitler

Postal del juramento de Hitler ante von Hindemburg autografiada por él mismo.
- Y ahora, señores míos que Dios los asista.

Con estas palabras el anciano presidente del Reich, von Hindemburg otorgó el poder a Adolf Hitler el 30 de enero de 1933. Se cumplen ahora 80 años. Ya sabemos que en nuestra cultura, se celebran los aniversarios nazis con gran pompa mediática. El nazismo forma parte de nuestra cultura. Todo el mundo lo conoce, incluso mejor que el comunismo, aunque esta fuerza mediática sea para hablar siempre de sus aspectos negativos. Pero se habla sin cesar. Desde aquí siempre he sostenido que para acabar con el nazismo hubiera bastado con enterrarlo en 1945. Pero no ha sido así. 

Adolf Hitler lo había logrado. 14 años de lucha habían sido coronados con éxito. Hitler llegó a afirmar antes de su subida al poder:

- Cuando tenga el poder, si alguna vez lo tengo, nadie se haga ilusiones. No lo dejaré jamás. 

El hecho de que una persona como Hitler alcanzara el poder es un hecho inusual en la historia. Lo había conseguido él solo, siendo un absoluto desconocido apenas unos años atrás. La historia ha tratado de entender este hecho con excusas, como la profunda crisis económica que atravesaba Alemania, las heridas de la última guerra etc. Sin embargo esas "excusas" no sirven para comprender el fenómeno. Se quedan cortas. Porque, al fin y al cabo, son excusas. 

A las 7 de la tarde de ese día, al fondo de la Wilhelmstrasse comenzaron a avanzar los primeros pelotones de SA, con antorchas y cantando. El desfile duró 5 horas. Hitler le saludó desde el balcón de su nuevo despacho. Unas ventanas más allá, se encontraba el presidente von Hindemburg, que como es sabido, siempre fue muy reticente a entregar el poder a Hitler. Sin embargo, ese día, el viejo Mariscal, estaba conmovido por el desfile.
Hitler y Goering saludan desde el balcón de la Cancillería la noche de la toma del poder.

Ese día, Hitler permaneció durante toda la noche en la Cancillería, en una pequeña habitación. Se encontraban con él Goering, Goebbels y su abogado Hans Frank. Según Frank, Hitler estuvo recordando los momentos más importantes de su vida y hablando de sus principios ideológicos. Las declaraciones de Frank han sido recogidas por el historiador Joachim Fest. Naturalmente, debemos de tener en cuenta que las declaraciones de Frank fueron recogidas antes de su ejecución en Nüremberg:

- Presa de una profunda conmoción, se extravió en uno de sus interminables monólogos: evocó la escena del juramento que había tenido lugar durante la mañana, enumeró complacido los propios éxitos, subrayó el estupor de los adversarios "rojos" que quedaron mudos y paralizados, pasó después a extenderse sobre sus principios propagandísticos. Aseguró que nunca había disfrutado tanto como en la última campaña electoral: había, agregó, quien sostenía que podía haberse desencadenado una guerra. Ciertamente, prosiguió,  su aparición en escena era el inicio de la lucha final del hombre blanco, del ario, para dominar todo el mundo. Los no arios, los de color, los mongoles, estaban en decadencia bajo la bandera del bolchevismo para lograr para si tal dominio pero, aquel 30 de enero, había dado comienzo "la máxima revolución racial alemana de la historia universal". Sus visiones se mezclaban con proyectos arquitectónicos: en primer lugar, declaró Hitler, reconstruiría la Cancillería del Reich que actualmente era, según él, "pura y simplemente una caja de cigarros".
Reunión del primer gobierno de Hitler

Tenemos también un interesante documento con las declaraciones de Emmy Göring:

- ... Únicamente me pidió Hermann que ese día por la mañana fuese a llevarle unas flores a Hitler, que seguramente recibiría una gran satisfacción por ello... Unos ayudantes me condujeron al cuarto de Adolf Hitler en el Kaiserhof. El nuevo canciller se hallaba de pie a la ventana, encerrado en un mutismo grave. Parecía ajeno a todos los que le rodeaban. Se diría que era un hombre aturdido o estupefacto. Lentamente se volvió hacia mi y, con gesto casi solemne, me tomó las flores. Los ayudantes habían ido dejando en una pieza contigua todos los ramilletes de flores por él recibidos, de los que o le habían presentado ninguno todavía. "Son las primeras flores -dijo cohibido, pero afectuoso-. Y usted es la primera mujer que me felicita; de lo que me alegro." Después de una larga pausa, añadió con aire distante: "Ahora va a ver el mundo que yo no podía ser un vicecanciller, de ningún modo. ¡Si hasta los camaradas no me comprendían!" Hablaba como si continuase un monólogo iniciado antes de mi llegada. Por un buen rato seguimos callados. Cuando me di cuenta de que aquel hombre quería quedarse ya solo, me adelanté en puntillas hasta la puerta, al tiempo que le oía decir en voz baja; "Si, ahora deben dejarme algún tiempo solo".

Curiosamente, este episodio de las flores que nos narra Emmy Göring, el historiador John Toland lo narra pero con Frau Goebbels.

El mismo Toland narra lo siguiente:

- Hitler cenó tarde con Hess, Goering, Goebbels, Röhm y Frank en un pequeño salón privado. Habló y habló sin parar. "Alguna fuente extranjera me ha llamado hoy 'Anticristo'. Lo único anti que soy es 'anti-Lenin". Según Frank, Hitler añadió que esperaba ganarse el apoyo de Hindenburg a su bando. El Anciano Caballero ha quedado muy complacido cuando le he dicho que lo serviría como canciller tan lealmente como en la época en que fui soldado y él era mi héroe.

Ian Kershaw, en su biografía de Hitler, asegura que Hitler "contra todo pronóstico, la obstinación agresiva (nacida de la falta de alternativas) había dado fruto. Lo que había sido incapaz de conseguir por sí solo, lo habían conseguido por él sus "amigos" de puestos elevados". El 'don nadie de Viena', el 'soldado desconocido', el agitador de cervecería, jefe de lo que durante muchos años no fue más que un partido de las márgenes lunáticas de la política, un hombre que no tenía ningún tipo de credenciales para dirigir una maquinaria estatal compleja, siendo prácticamente una cualidad su destreza para hacerse con el apoyo de las masas nacionalistas, en las que era capaz de avivar los más bajos instintos con un talento excepcional, pasaba a hacerse cargo del gobierno de uno de los principales estados de Europa."

Como de costumbre, Kershaw deja su huella personal en sus escritos. Kershaw nos habla de "falta de alternativas" para justificar la subida al poder de Hitler. Me parece muy cínico, puesto que la Alemania de los años 20 era un hervidero político. El nacionalsocialismo tuvo que competir con muchos partidos políticos. Por otra parte, decir que Hitler era incapaz de conseguir solo su ascenso al poder y que lo habían conseguido "sus amigos de puestos elevados" es otra mentira. Lógicamente, nadie sube al poder solo. Eso es un hecho. Pero solo la firme voluntad de Hitler fue capaz de conseguir sus triunfos. Por supuesto, Hitler supo como nadie rodearse de la gente adecuada y es cierto que incluso tuvo que hacer algunas concesiones (iniciales, por cierto) a grandes empresarios y militares. ¿Pero qué alternativa tenía?
Postal firmada por Hitler, junto a Hindenburg

Tampoco estoy de acuerdo en que el NSDAP fuera un partido incapaz de "dirigir una maquinaria estatal compleja". De hecho, la rapidez de la toma de medidas de Hitler nos sugiere que estaba perfectamente preparado para ejercer el poder. EL NSDAP ya funcionaba como un estado y Hitler no tuvo más que organizar los diferentes estados alemanes como si se trataran de su partido.

Hitler dijo en sus conversaciones privadas:

- Si no hubiésemos conquistado el poder en 1933, la ola de los hunos se hubiera abatido sobre Europa, pues entonces Alemania era incapaz de detenerla. Nadie lo sospechaba, pero estábamos al borde de la catástrofe.

- Si Alemania no hubiera tenido la suerte de que tomara yo el poder en 1933, hoy Europa no existiría. En efecto, en cuanto estuve en el poder, no tuve más que una idea: armar. Así fue posible que el verano pasado adoptase la decisión de atacar a Rusia.

- No me sentiría con derecho a exigir a cada uno el sacrificio supremo, si yo mismo no hubiera hecho toda la guerra del 14 en primera línea.


19 de abril de 2012

Semblanza de Hitler según Joachim Fest


Hace poco comenté que se había publicado en edición de bolsillo la biografía de Toland. Fue un error. El libro publicado ha sido la biografía de Fest. La portada como vemos, es espantosa. Con la cantidad de fotos de Hitler que existen tan buenas.

Un capítulo entero de la biografía de Fest está dedicado a hacer una semblanza de Hitler que, ciertamente, deja mucho que desear. En muchas ocasiones Fest se deja llevar por extrañas conclusiones sexuales. 

Fest considera que Hitler no era un amante de la música, "equivocadamente creía ser un amante de la música, pero en realidad significaba muy poco para él" llega a decir. La razón es porque a Hitler no le gustaba la música sinfónica o de cámara. Pero ¿es indispensable que te guste toda la música para poder afirmar que te gusta la música? Personalmente me parece una estupidez su argumento. Es de sobra conocido que Hitler no podía vivir sin música y que ésta desempeñó un papel muy importante en su vida desde niño. Y conocida es su gran colección de discos. Como la mayoría de los biógrafos, Fest incurre en contradicciones porque un poco más adelante pone en boca de Hitler "Sí, estoy muy solo, pero me consuelan los niños y la música".  Bueno, si no eres amante de la música, difícilmente puedes consolarte con la música.

Pero eso no es todo. Después Fest se supera a si mismo y llega a afirmar que Hitler apenas leía " y que a su alrededor solo toleraba la presencia de admiradores o de quienes contestaban a todo con un sí". Bueno, no se si es necesario recordar lo mucho que leyó Hitler durante toda su vida. De hecho, es imposible imaginarse a Hitler sin libros. He intentado buscar un contexto a la afirmación de Fest y no lo encuentro. Decir que Hitler no leía es como decir que no tenía bigote. Un absurdo.

Otra obsesión de Fest en su obra es la sexualidad. Así pues, cuando nos habla del círculo de Hitler dice que "una parte del acompañamiento lo constituían efebos -según un observador- de cabellos ligeramente rizados, ordinarios, toscos, con gestos afeminados". Esta afirmación parece indicar que Hitler tenía inclinaciones homosexuales. Como sabemos, no es la primera vez que se habla del asunto. En su momento ya traté este tema en este post. En todo caso, me parece una estupidez decir que Hitler estaba rodeado de efebos puesto que sabemos que no es verdad. A no ser que Fest considere efebos al fotógrafo Hoffmann o al doctor Morell. Seguro que los miembros de las SS eran jóvenes y efebos, perfectos miembros de la raza aria, pero el personal de escolta de Hitler nunca intimó con él.

Fest afirma que "todos los informes y recuerdos que poseemos de quienes le rodeaban no nos ayudan a conocer mejor al Führer. Según él Hitler ocultaba "bajo una máscara su total falta de personalidad, en una escenificación cuyos resortes dominaba de manera magistral, como todos los testimonios coinciden en reconocer". No estoy de acuerdo con esta afirmación. Básicamente porque existen muchos testimonios de personas que convivieron con Hitler, y estos testimonios, son la base del conocimiento que tenemos sobre Hitler. Un poco más adelante Fest afirma que "no han quedado anécdotas sobre Hitler". Tenemos mil anécdotas sobre Hitler. En este blog se han publicado muchas.


Otro aspecto que resalta Fest es la supuesta obsesión de Hitler con la muerte. Al parecer Hitler escribió una carta en julio de 1928 en la que Hitler decía que contaba ya con treinta y nueve años de forma que "en el mejor de los casos, solo me quedan unos veinte años aprovechables" para cumplir sus trascendental misión. "El tiempo empuja. No me queda mucha vida por delante... Debo poner los cimientos sobre los que puedan seguir construyendo los otros. Yo ya no veré terminada la obra".

"Se servía de un aparato policíaco y de las sopas de harina. No fumaba, no bebía, evitaba incluso el café o el té, contentándose, en su lugar, con inocuas infusiones de hierbas medicinales. En los años posteriores, por influencia de su médico personal, el profesor Morell, recayó en el vicio de los medicamentos; constantemente tomaba remedios o, por lo menos, tenía pastillas disolviéndose en la boca. Se observaba a sí mismo con una preocupación de hipocondríaco. Unos simples espasmos de estómago los consideraba como un inmediato síntoma de cáncer. Cuando, durante la primavera de 1932, en el transcurso de la campaña electoral para la reelección de presidente del Reich, uno de sus correligionarios le visitó en el hotel donde se hospedaba, le manifestó, sin dejar de comer su plato de sopa de verduras, que no podía esperar demasiado tiempo; 'no puedo perder ni un solo año, tengo que estar en el poder cuanto antes, con el fin de llevar a cabo misiones gigantescas en el plazo de vida que todavía me resta. ¡Es preciso, es preciso!' Numerosas manifestaciones hechas en años posteriores, incluso algunos discursos aislados, contienen referencias similares. En el círculo íntimo del Führer, observaciones tales como 'ya no me queda demasiado tiempo por delante' 'marcharnos pronto de aquí' o 'pocos años de vida' se convirtieron en frases hechas, constantemente utilizadas".

Sin embargo, Fest no cita fuente. Así que no podemos fiarnos de estas declaraciones de Hitler.

En muchas ocasiones he mencionado la biografía de Fest. Es indudable que ocupa un peso pesado entre los biógrafos de Hitler. Se me antoja menos malicioso de Kershaw. Pero lamentablemente creo que Fest en ocasiones divaga con pensamientos de tipo sexual o psicológicos que dejan mucho que desear.

"Hitler, Joachim Fest, Una biografía" Planeta.





12 de diciembre de 2010

Hitler y Wagner

Recientemente el director de orquesta argentinoisraelí Barenboim ha pedido que deje de identificarse a Wagner con Hitler. La identificación del autor con Hitler es tan grande que en Israel está prohibido interpretarlo. Lo cierto es que es difícil alejar al compositor del Führer, por mucho que no se conocieran ni pertenecieran a la misma generación. Sin embargo, acertada o equivocadamente, lo que es innegable es la influencia que Wagner tuvo en Hitler. Ya tratamos en su día el estado de éxtasis en que quedó un Hitler adolescente después de presenciar un concierto del maestro y que su amigo de juventud Kubizek relató de manera muy detallada.

Ya desde muy pequeño Hitler sintió atracción hacia la música. Incluso tomó lecciones de piano con el mismo profesor de su amigo Kubizek. La hermana de Hitler, Paula, le recordaba durante horas sentado ante un piano de cola. La mala salud de la madre de Hitler impidió que el futuro Führer siguiera con las clases (Toland, página 47).  No es casualidad que el encuentro de Hitler y Kubizek en 1938 fuera precisamente durante las representaciones de Bayreuth y precisamente durante "El ocaso de los dioses". La pareja visitó uno de sus lugares sagrados: la tumba de Wagner. 

Hitler nunca se cansaba de escuchar a Wagner. La ópera favorita de Hitler era Lohengrin, que era capaz de ver en numerosas interpretaciones. El Führer tenía siempre la biografía de Wagner escrita por Houston Stewart Chamberlain. Era conocido que Hitler era capaz de silbar pasajes de óperas de Wagner y que entretenía con ello a sus compañeros. La primera vez que Hitler estuvo en Bayreuth, donde residió Wagner, fue en 1923. Hitler accedió al teatro y quedó extasiado. Ya desde un principio Winifred Wagner, que fue la esposa del hijo de Wagner Siegfried, quedó embelesada por Hitler y tuvieron una relación muy amistosa durante toda la vida de Hitler. 

Yo creo que es muy importante el hecho de que Hitler conociera a Winifred Wagner y a Houston Stewart Chamberlain. Éste último era también un fanático de Wagner y estaba casado con la hija más joven del compositor. Ciertamente existió un círculo cerrado en torno a Wagner liderado por Hitler ya durante los años de lucha. El hecho de que Hitler tuviera tan buena relación con Winifred hizo que ésta fuera la regente del festival dBayreuth hasta el año 1944. El nombre de Hitler y Wagner van unidos no solo porque Hitler fue un gran admirador del compositor. Descendientes del maestro fueron amigos y partidarios de Hitler. No solo eso, los Wagner ayudaron a Hitler durante los años de lucha. Le proporcionaban cosas tan sencillas como ropa blanca y porcelana. Incluso le enviaron un ejemplar de las obras completas de Wagner así como partituras originales (Joachim Fest, pag. 356). 

Podemos estar de acuerdo o no con la política cultural y artística de Hitler, pero lo cierto es que fue un hombre más atraído hacia las artes que hacia la política. En sus conversaciones nunca faltan comentarios hacia los artistas:

- Un gran hombre vale mucho más que mil millones en las arcas del estado. Un hombre que tiene el privilegio de estar al frente de un país, no podría hacer mejor uso de su poder que ponerlo al servicio del talento. ¡Ojalá el Partido considere siempre que su principal deber es descubrir y alentar los talentos! Los grandes hombres son los que expresan el alma de una nación.

- No hay nada más bello que ofrecer a la nación monumentos dedicados a la cultura.

- A la larga las guerras se olvidan. Solo quedan las obras del genio humano.

- Me hallo absolutamente decidido a imbuir un poco de cultura en las más pequeñas de nuestras ciudades, de suerte que cada una de ellas pueda presentar de si misma una imagen cada vez más atrayente. Cierto es que toda ciudad no puede pretender recibir el influjo de la cultura más que en la medida de sus tradiciones, ya que esas dos ideas son siempre indisolubles. Bayreuth, Weimar y Dresde, para hablar de ejemplos clásicos, son prueba de ello. Si se reflexiona resulta cierto que es muy difícil asociar una ciudad a la idea de la cultura si no ha habido hombres célebres que respirasen entre sus muros. Son ellos quienes le confieren ese destello  de humanismo que se identifica a la larga con su imagen. 

Joachim Fest relata en su biografía de Hitler una anécdota que ilustra hasta qué punto la música de Wagner era tan importante para Hitler:

- Durante el viaje, mientras atravesaba por la noche el territorio del Ruhr, ante altos hornos incandescentes, ante montañas de escorias y torres extractoras, le embargó uno de aquellos sentimientos de soñador sojuzgamiento propio que despertaban en él el deseo de oír música. Rogó le pusiesen un disco con música de Richard Wagner, meditando después de haber oído el preludio de Parsifal: "Del Parsifal crearé mi propia religión. Un oficio divino en forma solemne... sin teatro de humildad... Sólo con el ropaje del héroe puede servirse a Dios. 

Tampoco debemos olvidar que la estética del nazismo debe mucho a Wagner. Las representaciones y congresos del partido tenían una teatralidad propia de las óperas de Wagner. Fest dice que "Las ideas de Hitler sobre una política convertida en estética se cubrían perfectamente con el concepto", haciendo referencia a la música de Wagner y que "la magnificencia hace ostentación de muerte".  Otro pasaje de la biografía de Fest nos dice:

"Su expresión más elevada la constituía el final de El crepúsculo de los dioses. Siempre que en Bayreuth se derrumbaba entre llamas el castillo de los dioses, bajo los efectos de la rebelión musical, cogía entre sus manos, en la oscuridad del palco, la de la señora Winifried, sentada a su lado, y, emocionado, se la besaba."

Ahora la polémica está nuevamente servida. Esta vez se trata si los judíos pueden escuchar la música de Wagner. El director Barenboim lleva años intentándolo. Wagner y Hitler no fueron contemporáneos. Podemos separar a Wagner de Hitler. Pero no a Hitler de Wagner.  Hitler estuvo íntimamente ligado a su familia y dio un gran impulso al festival de Bayreuth. Wagner fue el compositor que más se oyó durante el III Reich. 

Como curiosidad del destino, decir que el funcionario que casó a Hitler y Eva Braun se apellidaba Wagner. Hitler no pudo encontrar a nadie mejor para la ocasión. 


29 de noviembre de 2010

Normandía

En "La Guerra de Hitler" David Irving nos dice que en el momento en que Hitler comenzó la reunión de guerra "la batalla de Francia estaba ya perdida". Según Rommel había que derrotar al enemigo en las mismas playas de desembarco, cosa que no ocurrió. La superioridad aérea enemiga era abrumadora.  Hitler había advertido desde febrero de 1944 que el Muro Atlántico debía construirse para asegurar la derrota de cualquier desembarco pero hacia la fecha de la invasión, solo estaba construido en un dieciocho por ciento. Irving achaca las deficiencias de la defensa alemana a la lentitud del servicio de información. Hitler mismo ordenó una investigación pero según Irving se ignoran sus resultados. 

Lo cierto es que cuando se produjo el ataque, Hitler pensaba que la invasión de Normandía solo era una distracción del enemigo. Irving, con buen criterio, apunta que "es fácil hacer criticas en la actualidad". También nos dice Irving que Hitler y sus generales "gozaban de excesiva confianza". Lo cierto es que, días más tarde, Hitler reconoció que su optimismo  había carecido de fundamento  y ordenó envíos de divisiones Panzer. Ya a finales de agosto Hitler declaró: "Si hubiese tenido las divisiones Panzer  nueve y diez en el Oeste, todo esto no habría ocurrido". 

Joachim Fest asegura que "Hitler, guiado una vez más por su característica intuición, manifestó que Normandía era una zona de desembarco no menos apropiada, pero se atuvo, posteriormente, a los juicios de los consejeros militares." En todo caso Hitler declaró que "si la invasión no es rechazada, la guerra estará perdida para nosotros."

En el interesante libro "Porque perdí la guerra" de Saint Paulien el autor pone en boca de Hitler los hechos: 

"Se dice que el desembarco de Normandía -Operación Overlord- triunfó tan sólo porque yo había dado órdenes incoherentes, como de costumbre. Todos los cronistas se complacen en repetirlo. Cierto que cometí errores, pero más cierto todavía que me los hicieron cometer. Examinemos algunos hechos. El jefe de la Abwer del XV Ejército alemán (apostado entre Calais y Dieppe), coronel Helmuth Meyer, había descifrado el primero de junio de 1944 un doble mensaje de la BBC. Iba dirigido a ciertas redes de la Resistencia francesa y precisaba la inminencia de la "Operación Overlord". El coronel Meyer comunicó la preciosa información a su jefe directo, el almirante Canaris y al comandante del XV Ejército, general Hans von Salmuth. Este tomó sus precauciones para aguardar a los invasores. Pero el almirante Canaris se guardó muy bien de prevenir al VII Ejército inmediato que se encontraba en Normandía y fue éste, como por casualidad, el que recibió el coche... No hay explicación al hecho de que el mariscal Rommel abandonara su cuartel general el 4 de Junio: tanto Keitel como Jodl y yo mismo, le creíamos todavía en La Roche-sur-Yon. Unos pretenden que estaba en camino para presentarme un informe que yo no le había pedido, y otros que quería detenerme y encerrarme en el castillo de La Roche-sur-Yon. El general Heinz Hellmich, jefe de las tropas que tenían que defender Cotentin, no estaban en su puesto, al igual que los generales W.Falley y Von Schlieben... Era perfectamente posible, sin embargo, echar al invasor al mar. A condición claro está, de que los dos grandes jefes dieran inmediatamente las órdenes necesarias. Pero uno estaba ausente y el otro dormía. "

Otra fuente de información la encontramos en las memorias del imprevisible Speer:

"Serían sobre las diez de la mañana del 6 de Junio cuando, encontrándome en el Berghof, uno de los asistentes militares de Hitler me informó de que a primeras horas de la mañana había comenzado la invasión.

- ¿Han despertado al Führer?

- No, recibirá la noticia cuando haya tomado su desayuno. 

Dado que Hitler había dicho una y otra vez a lo largo de los últimos días que era previsible que el enemigo iniciara la invasión con un falso ataque, destinado a alejar a nuestras tropas del verdadero lugar de desembarco, nadie quería despertarlo para no sera acusado de haber enjuiciado mal la situación.

Durante la reunión estratégica que tuvo lugar unas horas más tarde en la sala de estar del Berghof, Hitler parecía aún más seguro de que el enemigo sólo pretendía engañarlo:

- ¿Se acuerdan ustedes? Entre los muchos informes que hemos recibido, había uno que señalaba exactamente el punto, el día y la hora del desembarco, lo que refuerza mi idea de que no puede tratarse de la verdadera invasión.

Según Speer, Hitler se había vuelto muy desconfiado de las informaciones que recibía:

- ¿Cuántos de estos agentes "limpios" no están al servicio de los aliados? Nos dan noticias confusas a propósito. Y tampoco pienso dejar que esta llegue a París. No se lo diremos; lo único que conseguiríamos sería que el Estado Mayor se pusiera nervioso.

También según Speer, Hitler siguió creyendo que era un amago de invasión incluso semanas de producirse la invasión de Normandía, lo que contradice las opiniones de David Irving.

Ian Kershaw dice en la biografía de Hitler que éste era optimista cuando se produjo la invasión. Es más, según Kershaw el optimismo de Hitler no era injustificado. Dice que Hitler creía que la costa atlántica estaba mejor fortificada de lo que estaba en realidad.

En lo que coinciden casi todos los historiadores es en mencionar las nuevas armas V1 justo en el momento de la invasión de Normandia. Hitler había puesto muchas esperanzas en los cohetes voladores y en los cazas a reacción. Sin embargo la producción de estos aviones estaba empezando.

Según Irving, tanto Hitler como Göring habían estado esperando la invasión durante mucho tiempo y ese día estaban radiantes. Para Göring porque una victoria de su aviación en Normandía "restablecería definitivamente el mermado prestigio de la Lutwaffe".  

Durante esos días, el propio Führer sufría también los ataques aéreos:

"De día veía los destelleantes escuadrones de bombardeos norteamericanos volando a gran altura , en su camino desde Italia  a los objetivos del sur de Alemania. De noche, los ingleses volaban en dirección contraria , hacia Austria y Hungría. Las sirenas de Obersalzberg obligaban a cuantos se encontraban en Berghof a salir por la puerta trasera y dirigirse hacía las grandes puertas de acero que disimulaban la entrada a los túneles  que perforaban la montaña. El propio Hitler se resistía a descender  los sesenta y cinco peldaños antes de que las baterías antiaéreas comenzaran a disparar.  Solía quedarse junto a la entrada del túnel , para procurar que nadie saliera antes de que las sirenas dieran fin a la alarma. A menudo, reflejados en el cielo se veían los resplandores de los incendios en Múnich. El ama de llaves de Hitler le suplicó que trasladara el contenido del piso que el Führer tenía en Múnich a un lugar seguro. Pero Hitler siempre se negó: 'Frau Winter, tenemos que dar ejemplo.'



14 de noviembre de 2010

La subida de Hitler al poder

Mucho se ha hablado de los triunfos y fracasos de Hitler. Sobre todo de los fracasos, porque parece que resulta útil hablar solo de sus fracasos. Sin embargo Hitler representa a ese tipo de personas, que se dan muy poco en la historia, capaces de superarse a sí mismos y conseguir objetivos ciertamente inimaginables. Sus conquistas militares son impresionantes. Sus logros sociales y el haber sido capaz de tener a toda una nación en su corazón, también. Tampoco debemos olvidar como un gran triunfo de Hitler el hecho de que sea tan conocido en el mundo entero y de que su figura sea recordada hoy en día, para bien o para mal. Sin embargo todo eso no hubiera sido posible sin lo que yo considero el mayor logro de Hitler: su escalada al poder. El hecho de haber intentado subir al poder mediante un golpe, el famoso Putsch de Múnich, y de haber fracasado, hizo recapacitar a Hitler sobre el método a utilizar. Sabemos que ese método le fue bien a Mussolini (aunque el tiempo demostró que Mussolini no tenía todo el apoyo que necesitaba para sostenerse), sabemos que muchos dirigentes y militares han conseguido el poder mediante golpes de estado. El método de Hitler, conseguir el poder mediante armas legales y mediante el apoyo de las urnas, fue ciertamente una hazaña más asombrosa que sus conquistas militares. El hecho de ser un personaje anónimo y alcanzar la cancillería de un país como Alemania, supuso para Hitler un hito difícil de superar. Nadie lo ha logrado en tiempo record como él. De hecho, sus campañas electorales han sido imitadas. Normalmente se intenta soslayar el asunto aduciendo que la subida al poder de Hitler tuvo poco merito e incidiendo que la crisis mundial le aupó al poder. Los historiadores y analistas intentan restar importancia al merito de Hitler pero lo cierto es que hizo un esfuerzo titánico para lograrlo. Siempre me ha sorprendido que digan que Hitler fue poco más que un vago, que no tenía horarios etc. Pero lo cierto es que las energías de Hitler fueron impresionantes. Me gustaría que quienes critican a Hitler me dijeran quién ha logrado en la historia algo tan increíble como llegar al poder de la nada y en semejante tiempo. El mismo Hitler hablaba de 14 años de lucha. Eso es cierto si tenemos en cuenta que Hitler comenzó su carrera política prácticamente cuando finalizó la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en 1925 Hitler tuvo que comenzar prácticamente de cero, lo que nos indica que Hitler consiguió el poder en tan solo 7 u 8 años.

Cuando Hitler salió de la cárcel, en 1924, tuvo que comenzar desde cero. La mayor parte de sus partidarios se hallaban encarcelados aún o habían desaparecido. Los que seguían, estaban peleados entre sí. Según Joachim Fest, cuando Hitler regresó de Landsberg "es verdad que solo existían ruinas pero también es cierto que ya no existían rivales serios." Después Hitler quiso legalizar la situación de su partido. Según Fest, Hitler quiso seguir siendo revolucionario "y al mismo tiempo, como defensor de las actuales situaciones, dar la sensación de ser radical y templado, de amenazar el orden y figurar como conservador, quebrantar la ley pero conjurar de la forma más convincente su recomposición." 

La cárcel le sentó bien a Hitler. En una ocasión dijo:

- Aquel periodo me dio la oportunidad de profundizar en varios conceptos de los que sólo tenía un conocimiento instintivo. Fue también durante mi encarcelamiento cuando adquirí esa fe inquebrantable, ese optimismo, esa confianza en nuestro destino que a partir de entonces nada pudo hacer vacilar.

En la biografía de Fest, hay unas declaraciones de Hitler que nos dicen mucho sobre sus métodos:

- Si alguien viene y me quiere imponer condiciones, entonces le digo: "amiguito, ante todo espera un momento y escucha las condiciones que yo te impongo. Yo no aprecio a la gran masa. Después de un año ustedes, mis partidarios, deben juzgar; he obrado correctamente, entonces todo va bien; si no he obrado correctamente, entonces deposito mi cargo en sus manos. Pero hasta entonces vale que: yo dirijo al movimiento completamente solo y nadie puede imponerme condiciones, mientras sea yo el responsable. Y yo me hago totalmente responsable de cuanto pueda suceder en el movimiento.

A parte de ganar a la población para captar sus votos, Hitler centró sus esfuerzos en ganarse a los industriales, financieros y al propio ejército. Ya antes del golpe de 1923 Hitler buscó el apoyo de la industria alemana, a pesar de que existía un marcado sentimiento anticapitalista en el movimiento. Los empresarios temían al comunismo mucho más que al nacionalsocialismo por lo que no le resultó difícil ganárselos. Por otra parte, Hitler llegó a poseer un ejército mayor que el propio ejército regular. Este detalle es muy importante ya que no conocemos muchos casos, a parte de los comunistas en Rusia, de un movimiento político sostenido por semejante número de paramilitares.

Se ha dicho a menudo que Hitler se vendió a los industriales y al ejército para alcanzar el poder. Sin embargo no cabe duda de que la estrategia de Hitler funcionó: fue lo suficientemente inteligente como para buscar su apoyo para lograr un fin. Hitler nunca se sintió cómodo con los grandes industriales y siempre tuvo un marcado sentimiento anticapitalista. Prefería la compañía de sus modestos sirvientes que estar entre empresarios. Pero no era posible alcanzar el poder sin el apoyo de éstos.

También se ha dicho que Hitler alcanzó el poder gracias a la crisis mundial existente y al empleo de chivos expiatorios, como eran los judíos y los comunistas. Sin embargo hay que estar muy preparado para alcanzar el poder, por mucha crisis que exista. Por otra parte, nunca he estado de acuerdo en que Hitler utilizara a judíos y comunistas como chivos expiatorios. Hitler los combatió porque creía firmemente que debía hacerlo, no para utilizarlos.

En 1932 Hitler envió una carta al Presidente de la república von Hindemburg:

- Puedo asegurarle a vuestra excelencia mi firme decisión de formar un gabinete presidencial propuesto por mi, sujeto a mi dirección y aceptado por vuestra excelencia, con todas las premisas constitucionales necesarias para un largo y fructífero mejoramiento de nuestro pueblo política y económicamente arruinado. Por este motivo, dirijo a vuestra excelencia un solo ruego, el de otorgarme por lo menos, tanta autoridad y poderes como los que antes que yo recibieron hombres que por su parte podían contribuir igual que yo a valorar la autoridad y el prestigio del nombre de vuestra excelencia. No obstante, como estoy obligado a causa de la constitución a tener en cuenta a los partidos para el legal funcionamiento del futuro gobierno, llevo conmigo, señor Presidente del Reich, al partido más grande de todos. Pero mi nombre y la existencia de este gran movimiento alemán, son garantías que se verían anuladas, necesariamente, por un fracaso en nuestros esfuerzos. En tal caso, señor Presidente del Reich, yo no veo después de nosotros una dictadura militar, sino el caos bolchevique. Si después tuviera que persistir en el propósito de volver a formas de gobierno de viejo sello parlamentario, entonces sería necesario, a mi parecer, dar a conocer esta voluntad de vuestra excelencia. Sin embargo, en este caso, me permito con todo respeto, llamarle la atención sobre las repercusiones de una decisión semejante. Yo las lamentaría profundamente. Permítaseme, para concluir, rogar a vuestra excelencia tener en debida cuenta mis motivaciones y desistir del intento de darle esta solución a la crisis.

Apenas dos meses de enviar esta carta, Hitler consiguió alcanzar el poder, una gesta que solo él supo lograr de manera magistral.






18 de diciembre de 2009

El Hitler de la historia


El Hitler de la Historia - John Lukacs

Un libro interesante de leer es "El Hitler de la Historia" de John Lukacs. Para los que no lo sepan, Lukacs es uno de los historiadores más enfrentados con David Irving, así que viene bien recordarlo ya que hay muchos que piensan que  solo me abono a los historiadores partidarios de Hitler, como David Irving, o que  intento defender a Hitler.  El libro en cuestión es un repaso a los historiadores de Hitler y contiene reflexiones muy interesantes que hay que tener en cuenta a la hora de hablar sobre Hitler. Vamos a repasar alguna.

En primer lugar Lukacs advierte que "la historia, en sentido amplio, es revisionista; la historia implica enfrentarse múltiples veces a las acusaciones, vuelve una y otra vez a juzgar a las personas y los acontecimientos, sin una ley que lo impida". El término "revisionista" hablando de Hitler parece que ha sido apropiado por los defensores de Hitler, pero yo creo que el revisionismo es siempre importante porque la historia es muy susceptible y cambiante. Lo que durante años resulta un credo para los lectores, es desmontado años después.

Lukacs dice que existen más de cien biografías de Hitler "y sin embargo no puede asegurarse que la ciento uno no vaya a aportar algo nuevo y válido". Mientras Hitler vivió no permitió que se escribiera una biografía suya mostrando sus alabanzas. Nunca me canso de repetirlo: Hitler nunca tuvo ningún interés en que su figura fuera venerada. Se tiende a ver en la figura de Hitler a una persona llena de ansias de poder y gloria. No es cierto. Se puede decir en ese sentido que Hitler fue siempre más modesto que contemporáneos suyos como Churchill o Mussolini, quien sí permitió que se escribieran biografías suyas. También nos dice Lukacs que Hitler "hubiera estado poco dispuesto a escribir o dictar sus memorias". Eso nos da una idea de por qué  es tan fácil verter responsabilidades en Hitler y tan complicado no hallarle culpable de muchos hechos. En una ocasión Hitler dijo que "me tiene sin cuidado lo que diga la historia de mi". Claro que estoy seguro de que cuando pronunció esa frase (muy avanzada la guerra) no se pudo ni imaginar los ríos de tinta que su nombre iba a correr.

Sobre el por qué Hitler resulta un personaje tan atrayente Lukacs dice que "Hitler era más interesante que Stalin, y los nazis que los comunistas... el interés popular por Hitler está tan extendido como antes, en muchos lugares del mundo y en muchos niveles." Esto es perfectamente palpable. No hay día en que no se nombre a Hitler. Incluso es utilizado como arma arrojadiza, casi siempre de manera ignorante y vergonzosa. El más reciente ha tenido lugar estos días tras el debate sobre las corridas de toros en Cataluña. Los taurinos han acusado a los animalistas de ser como Hitler. Esto supone una ignorancia tremenda, por cuanto Hitler ha sido quizá el mandatario más radical por los derechos de los animales que ha tenido la historia. Pero en general se usa el nombre de Hitler como arma arrojadiza.

Interesante resulta el hecho de que Lukacs defienda, al igual que otros historiadores, el hecho de que Hitler "no fue un fenómeno demoníaco sino una figura histórica, que poseía  atributos humanos y estaba dotada de talentos reconocibles."

Para Lukacs la mejor biografía corta sobre Hitler la escribió Ernst Deuerlein y la mejor biografía larga es la de Fest.  Lukacs dice que si tuviera que recomendar una biografía breve recomendaría la de Deuerlein. Yo no he tenido la ocasión de leerla puesto que creo no existe en el mercado español. Corregidme si me equivoco. Sin embargo durante un tiempo he recomendado la biografía de Fest, a falta de una mejor, puesto que Fest incurre en ciertos errores. El problema de las biografías de Hitler es que en ocasiones resultan excesivamente largas. Son verdaderos ladrillos si tenemos en cuenta que Hitler gobernó durante un periodo relativamente breve en la historia. Como sabemos Fest recurre a Albert Speer en muchas ocasiones para estudiar a Hitler. No cabe duda de que Speer representa una parte importante en el estudio de Hitler ya que estuvo muy unido a Hitler, en especial durante la guerra. Sin embargo Speer no resulta en absoluto aclaratorio ya que, tras la guerra, quiso lavar su imagen y quedó a merced del juicio de la historia, lo que le inhabilita en parte. El aspecto que menos me gusta de Fest es la manipulación evidente que tuvo con Speer.

Otro historiador del que habla Luckacs es el ahora muy conocido John Toland, ya que su biografía se ha reeditado hace poco. Yo mismo me encuentro inmerso en su larga lectura. Lukacs dice que Toland estaba fascinado por Hitler. Según Luckacs la novedad de Toland estriba en que Toland hizo numerosos viajes y entrevistas para realizar su biografía. Para hacer su biografía Toland entrevistó a ciento cincuenta y nueve personas entre los que se encontraban secretarias, cocineros, criados y guardaespaldas de Hitler. Sin embargo Luckacs reprocha a Toland el  no haberse involucrado apenas en los archivos históricos. También dice que Toland "tampoco presentó documentación para algunas de su afirmaciones, a menudo sorprendentes." A modo de defensa,  diré que me resulta más relajado leer a un Toland que a un Kershaw, ya que por lo menos trata de no involucrarse personalmente en su biografía y no nos da tantas lecciones de moral innecesarias como acostumbra Kershaw.

Sobre David Irving, Luckacs dice que publicó la primera obra de rehabilitación parcial sobre Hitler. Sin embargo Luckacs no niega que no puede pasarse por alto la contribución de Irving al estudio de Hitler. De hecho, Irving pudo reunir una mayor cantidad de información que Toland para su estudio sobre Hitler.

Con todo, el libro de Luckacs contiene frases que merece la pena recordar:

" El definir a Hitler como loco lo releva de toda responsabilidad, en especial en este siglo en el que una declaración de enfermedad mental exime de una condena judicial. Hitler, sin embargo, no estaba loco. Hitler era un ser humano normal. "

"Hitler no solo poseía un talento intelectual muy considerable, también era valiente, seguro de sí, tenaz en muchas ocasiones, leal con sus amigos y con quienes trabajaban con él, autodisciplinado y frugal en sus necesidades materiales. "

"Una verdad a medias es peor que una mentira puesto que no tiene en ningún caso un cincuenta por ciento de verdad; es la mezcla de una verdad y una mentira al ciento por ciento. En matemáticas, con unos números rígidamente fijados e inmóviles, cien y cien suman doscientos; en la vida humana cien y cien suman otra forma diferente de cien. "

"Puede que Hitler haya sido el líder revolucionario más popular de la historia del mundo moderno. Él era absolutamente distinto, fue capaz, más que ninguno, de estimular a la mayoría de un gran pueblo... los condujo a la prosperidad y al orgullo, inspirándoles una confianza con la que conquistaron casi toda Europa y logrando una hegemonía alemana que se perdió pronto porque se sobrepasó a sí mismo. "

"Hay historiadores que describen a Hitler como un típico hombre de clase media baja, un pequeñoburgués convertido en fanático. Esa imagen es totalmente incorrecta: sí que había unos pocos elementos pequeñoburgueses en sus gustos y modales (cómo no iba a haberlos: nadie puede despojarse por completo de sus orígenes o su infancia); sin embargo, era mucho más importante su aversión a la burguesía."

"Sin embargo, Hitler fue un oponente tanto del capitalismo internacional como del socialismo internacional. De hecho, apreciaba algo más a los comunistas e incluso a ciertos socialistas que a los capitalistas. "

En esta última afirmación encontramos la causa del fracaso de Hitler: él combatió al mundo entero, a los capitalistas y a los comunistas. Una apuesta tan arriesgada como esa estaba ciertamente condenada al fracaso. Sin embargo, Hitler lo intentó. Todo lo que conocemos después de Hitler, han sido añadidos (si se me permite la expresión) y disculpas a la segunda guerra mundial. En los crímenes atribuidos a Hitler la historia moderna encuentra su justificación. Sin embargo, cuando el mundo declaró la guerra a Hitler, no fueron sus crímenes el motivo. El motivo fue que Hitler representaba un peligro para casi todo el mundo.