Acabo de comprar un librito con artículos del premio nobel noruego Knut Hamsun, escritos en el periodo de 1932 a 1945. Hamsun apoyó a Hitler, incluso se entrevistó con él el 23 de Junio de 1943. Por supuesto, su apoyo a Hitler le costó caro al escritor. Al finalizar la guerra sufrió juicios vejatorios por su "traición" a la patria y fue desposeído de sus bienes. Murió con 92 años, ciego, sordo y sin ningún reconocimiento a su obra. La lista de intelectuales o artistas que apoyaron o simpatizaron con Hitler fue numerosa. Sin embargo, una vez acabada la guerra, su destino fue más o menos parecido: la humillación, el destierro, la vejación y la ignominia. Y, lo que a mi me resulta más curioso, el ser considerados locos por haber apoyado a Hitler. Al mismo Hamsun le sometieron a exámenes psíquicos.
Artistas de la talla de Leni Riefensthal, Arno Breker, Ezra Pound etc tuvieron que sufrir la persecución después de la guerra. El libro de Hamsun resulta interesante de leer porque nos permite conocer sus opiniones políticas. El capítulo más interesante es el dedicado a su entrevista con Hitler. El Führer conocía al escritor y le dijo que se sentía fuertemente ligado a él ya que sus vidas eran muy parecidas. En la entrevista hablaron de los métodos de trabajo de los escritores. Sin embargo terminaron hablando sobre la política y Noruega.
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Recreación para una película del encuentro entre Hitler y Hamsun |
Resulta interesante observar cómo Hitler conocía perfectamente lo que ocurría en los territorios ocupados. Hamsun se mostró muy descontento con la labor del comisario del Reich en Noruega, Terboven. Hitler le contestó:
- Las autoridades militares de ocupación son a menudo más amables con la población que la política, que debe llevar a cabo los requerimientos militares necesarios. El comisario del Reich tiene una difícil tarea. Si le encargo que construya un ferrocarril hasta Narvik en ocho meses, o una carretera hasta el norte de Noruega en seis meses, o que construya algunas baterías de artillería en tres meses, es asunto suyo cómo lo termine. Piense en lo que significa simplemente tener que proporcionar camas para tantas personas. Las autoridades políticas siempre tienen que ir por delante. Han de tomar decisiones incómodas. Terboven tiene que efectuar sus tareas políticas de guerra, que a menudo son pesadas. Muchas veces puede ser duro.
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Hitler junto a Quisling |
Hamsun le insistió a Hitler y se le hará regresar a Terboven a Alemania. Y Hitler le contestó:
- El comisario del Reich es un hombre de guerra, está allí exclusivamente para desempeñar tareas políticas de guerra. Luego regresará a Essen, donde es Gauleiter.
Hamsun le dijo a Hitler que seguramente los noruegos necesitarían la ocupación alemana por algún tiempo más, y se conmovió. Sin embargo, insistió en que Terboven destruía más que construía. Hitler le contestó:
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Terboven |
- Si no ganamos la fatal lucha que ahora llevamos a cabo, será la ruina para todos nosotros.
Hitler le dijo a Hamsun que Alemania no tenía necesidad de constituir un gobierno noruego, y que el hecho de que se le permitiera tenerlo, era una muestra de buena voluntad. Después dijo:
- Sin embargo, todo esto es insignificante comparado con nuestros sacrificios. ¿Qué importancia tiene? Los sacrificios políticos que la población de los países ocupados ha de sobrellevar pesan menos que las pesadas cargas que el pueblo alemán tiene que soportar, el cual, además de todo esto, también se ve afectado por un enorme sacrificio de sangre.
Me resulta interesante esta entrevista. Es muy reveladora. Nos indica que Hitler podía entrevistarse, en un momento tan complicado como era el año 1943, con un intelectual. Que escuchaba, pero que no estaba dispuesto a prescindir de sus colaboradores, por cuanto él veía que le eran útiles en tiempos de guerra, y que, una vez acabada la guerra, deseaba devolverlos a Alemania. Por otra parte, a Hitler le importaban poco los métodos empleados, ya que él consideraba más valiosos los esfuerzos que estaba haciendo el pueblo alemán. Hitler fue un hombre práctico. Lo que opinara la historia de él no le importaba. Lo demostró en muchas ocasiones. Tampoco creo que sus oponentes actuaran de diferente manera. A la hora de ganar una guerra, por desgracia, sabemos que los métodos no son siempre humanitarios.
Por otra parte, está el debate sobre los intelectuales y la política. Muchos intelectuales simpatizaron con Hitler y después tuvieron que soportar vejaciones de todo tipo. La cuestión es ¿resta el hecho de simpatizar con Hitler credibilidad a la obra de un intelectual? Evidentemente no. Porque su obra está ahí. Sin embargo, los prejuicios hacen que la gente los rechace.