29 de mayo de 2012

Un sanatorio muy particular

En octubre de 1916 se estaba librando la batalla del Somme. Las fuerzas aliadas sufrieron 614.000 bajas en una carnicería inútil ya que las lineas alemanas no cedieron. Durante esa batalla Hitler continuó participando en misiones muy arriesgadas. Como era costumbre, Hitler siempre salía indemne de todas sus misiones. Sin embargo, la noche del 7 de octubre, mientras dormía con otros mensajeros en un estrecho túnel, un obús estalló cerca de la entrada y todos los mensajeros fueron arrojados unos contra otros. Hitler resultó herido en un muslo. Su mayor deseo era continuar su servicio pero tuvo que ser trasladado a un hospital de campaña, rumbo a Alemania.

El hospital militar al que fue a parar estaba al suroeste de Berlín. Allí Hitler pudo dormir en unas cómodas camas, lo que suponía una gran diferencia de la vida que llevaba en las trincheras. Bien, pues el hospital continúa en pie, solo que el edificio está completamente abandonado. El edificio está en la localidad de Beelitz, en Brandeburgo. En su momento se trató de un sanatorio de fama mundial, sin embargo se encuentra abandonado desde hace años. 
 Hitler estuvo en este sanatorio durante dos meses, exactamente desde el 9 de Octubre hasta el 4 de Diciembre de 1916. Fue en este hospital donde Hitler se percató de que muchos soldados se fingían enfermos para evitar el frente.También en Berlín se percató de que la moral de la población era muy baja. 
 Este hospital también se utilizó durante la Segunda Guerra Mundial y durante la batalla de Berlín alojó a unos 3000 heridos hasta que fue ocupado por las fuerzas soviéticas hasta 1995. En su momento fue el hospital militar más grande fuera de la Unión Soviética. 
 Después de los soviéticos se intentó hacer un centro de rehabilitación infantil, un centro de investigación para enfermos de Parkinson, incluso un centro cultural. Pero el resto del edificio se abandonó y ahora es un edificio fantasma. 
 Como curiosidad, decir que el edificio sirvió para varias escenas en las películas "El Pianista" y "Valquiria" . Lo extraño es que no se haya convertido en un destino "turístico" de nostálgicos de Hitler. Sin embargo no debe de resultar difícil encontrarlo y saber que en ese edificio estuvo Hitler durante dos meses.  Mucho me temo que, debido al estado en que se encuentra, lo derriben. Sin embargo, contemplar éstas imágenes resulta fascinante.


17 de mayo de 2012

Novedades

Algunos ya me lo habéis recordado. Se ha "rebelado" un informe de los servicios de inteligencia británicos realizado en 1942 sobre Hitler. El informe ha sido escrito por el académico Joseph MacCurdy Vamos a ver las perlas que contiene:

- "Hitler cayó en una red de delirios religiosos". Joseph MacCurdy dice que Hitler "es un dios encargado de lograr la victoria sobre el mal. Bien, es de suponer que Hitler cuando inició su lucha pensaba que lo que hacía era "el bien". No se, no me imagino a Hitler pensando a sí mismo que lo que hacia era el mal absoluto ni que disfrutara al máximo repartiendo maldad a diestro y siniestro. Si él inició una lucha, es de suponer que pensara que era justa. Otra cuestión es que la posteridad, y nosotros mismos, pensemos que estaba equivocado. Pero lo lógico es que él creyera en lo que luchaba. 

- "Hitler es un dios por cuyo sacrificio se puede obtener la victoria final sobre el mal", "Hitler está atrapado en una telaraña de engaños religiosos". Según el estudio, "los discursos de Hitler reflejan unas tendencias morbosas". Y, para colmo, el estudio dice que esas tendencias se identifican con el chamanismo, la epilepsia y la paranoia:

- Chamanismo: se refiere a la histeria y compulsión de Hitler en alimentar a la multitud con su mensaje.
- Epilepsia : evidencia frialdad combinada con una tendencia a perder el corazon cuando no consigue sus ambiciones. 
- Paranoia: "pensaba que estaba conduciendo a un pueblo elegido en una cruzada contra el mal"

Como vemos, ninguna novedad que no se haya escrito. El informe es de 1942. Y ese tipo de acusaciones contra Hitler fueron muy populares en los primeros estudios sobre Hitler. Sin embargo, están totalmente en desuso y creo que no ayudan nada por comprender la mentalidad de Hitler. Es más, pienso que son totalmente superficiales ya que creo que no hay que tratar de intentar comprender la personalidad de Hitler, sino su obra. Se empeñan en atribuir a Hitler conductas que, en nuestra mentalidad, justifiquen sus hechos. 

Pasemos a otra cuestión. Se ha encontrado una postal escrita por Hitler cuando era soldado. Al parecer, Hitler envió esa postal a un compañero de trincheras. Fue enviada el 19 de diciembre de 1916. Literalmente la postal dice:

- Estimado Lanzhammer, ahora estoy en Múnich en el Batallón de Reemplazo. Actualmente estoy bajo tratamiento dental. Justamente, me presentaré como voluntario para el campo de batalla inmediatamente. Un cordial saludo, A. Hitler

Para que veamos la paranoia colectiva que existe sobre Hitler vamos a ver las reacciones del personal. El siguiente texto está extraído del periódico ABC:

"Uno de los investigadores de la prestigiosa universidad británica, Stuart Lee, ha afirmado que sintió «un escalofrío» cuando se pudo concluir que la misiva era de Adolf Hitler. «Era difícil creer que en un evento local para recoger historias de gente corriente estuviese viendo un documento desconocido hasta el momento del puño y letra de Hitler; yo estaba tocando algo que Hitler había tocado», ha dicho

El historiador Thomas Webber, de la Universidad de Aberdeen, afirma a la BBC que el ejército había sustituido a la familia en la vida de Adolf Hitler., «cualquier otro soldado habría escrito a su hogar», asegura. Webber identifica al ejército como la «red social» más próxima al dictador."

Stuart Lee demuestra muy poca seriedad emocionándose de esa manera por tocar algo que Hitler había tocado. Si se tratara de alguno de nosotros (lectores de este blog), entendería la emoción, pero ¡de alguien que detesta a Hitler! Es un poco absurdo y nos indica el grado de obsesión que la gente tiene con Hitler. Lo dicho por el historiador Thomas Webber es otra idiotez. Para este tipo, esta postal indica que Hitler sustituyó al ejército por su familia. Pero ¡es que se trata de una postal encontrada! Si se hubieran encontrado 100 y 90 hubieran sido destinadas a camaradas del frente, semejante teoría podría tener algún significado, pero ¡una sola postal! El hecho de que una sola postal haya tardado casi 100 años en ser descubierta nos indica que puedan existir más y que nunca han sido vistas. Por lo tanto, la afirmación de Webber la considero absurda. En todo caso, no veo nada malo en que una persona sustituya su familia por la gente de su entorno. Es algo comprensible y nada anormal. No obstante, Hitler tuvo contacto directo con su familia siempre.


1 de mayo de 2012

Extracto del discurso de Hitler ante dos millones de trabajadores el 1 de Mayo de 1933


Espantosa es la miseria que el pueblo alemán tiene tras sí. Y no porque haya faltado la diligencia, ¡no! Millones de nuestro pueblo siguen trabajando como antes, millones de campesinos marchan tras el arado como antes, millones de obreros trabajan en el torno de banco, ante el retumbante yunque. ¡Millones de nuestro pueblo trabajan y otros millones anhelan trabajar, más no pueden! Decenas de millares ponen fin voluntariamente a una existencia que para ellos no parece contener más que dolores y miseria. Lo truecan por el otro mundo donde esperan encontrar más y mejores cosas que en la tierra. Tremenda es la desgracia que ha venido a buscarnos, dejando en todas partes el abatimiento y hasta la desesperación. Y nosotros nos preguntamos ¿por qué?

Es una crisis política. El pueblo alemán está en vías de decaimiento, todas sus fuerzas vitales las necesita para la lucha interior. La confianza en la fuerza de la propia voluntad, la propia fuerza, ha desaparecido. Millones dirigen la mirada hacia el resto del mundo con la esperanza de recibir de allá dicha y la salvación. El pueblo decae y en este decaimiento desaparece su fuerza vital, la fuerza para la afirmación de la vida. Los resultados de esta lucha de clases lo vemos alrededor de nosotros y debajo de nosotros y queremos aprender de ellos, pues una cosa hemos reconocido como primera presuposición para el restablecimiento de nuestro pueblo: ¡El pueblo alemán ha de volver a conocerse mutuamente!

Los millones de hombres divididos en profesiones, separados en clases artificiales, que, atacados de presunciones profesionales y locura de clases, no pueden comprenderse unos a otros, tienen que encontrar el camino de unos a otros. Una tarea extraordinaria, poderosa, ¡lo sabemos!. Cuando la locura ha sido defendida y predicada como idea política por espacio de 70 años, cuando la destrucción de la solidaridad popular ha sido casi una ley política 70 años seguidos, es difícil, sumamente difícil, querer cambiar el sentido de los hombres de un golpe. Sin embargo, no debemos desanimarnos ni desesperar. Lo que construyeron las manos del hombre, pueden derribarlo las manos del hombre, lo que inventó en un tiempo la insensatez humana, puede vencerlo y rehacerlo de nuevo una prudente sensatez.

Sabemos que este proceso de encontrarse unos a otros y comprenderse mutuamente no es cuestión de semanas o meses, ni siquiera de unos pocos años. Tenemos, empero, la inquebrantable voluntad de cumplir esta misión ante el pueblo alemán, estamos resueltos a conducir a los alemanes unos a otros, hasta empleando la fuerza si necesario fuese.

He aquí el sentido del 1 de mayo que a partir de hoy ha de ser celebrado en Alemania a través de los siglos, que en el día de hoy se encuentren unos a otros cuantos actúan en el gran engranaje de nuestra labor creadora nacional, y que una vez al año se estrechen las manos convencidos de que nada puede hacerse en tanto no contribuyan todos a la realización de esta labor. Y así, hemos elegido como lema de este día la máxima siguiente:

¡Honrad el trabajo y respetad al obrero!

Para millones es hoy difícil volverse a encontrar por sobre el odio y los errores procreados artificialmente en tiempos pasados. Hay un credo que nos permite recorrer fácilmente este camino. Que trabaje quien quiera y donde quiera, mas no puede ni debe olvidar que su compañero, el que cumple su deber lo mismo que él, es indispensable, que la nación no existe por el trabajo de un gobierno, de una clase determinada o por obra de su inteligencia, sino que solo vive por el trabajo común de todos. Si millones creen poder sacar de la naturaleza del trabajo una deducción acerca de la dignidad de su portador, se encuentran en un amargo error. Hay decenas de millares entre nosotros que quieren hacer depender el respeto al individuo de la clase de trabajo que éste hace. ¡No! Lo decisivo no ha de ser lo que él crea o hace, sino como lo hace. Que entre nosotros hay millones que trabajan año por año, sin la esperanza de adquirir jamás riquezas digo más, sin ganar lo suficiente para llevar una vida sin apuros, no ha de ser motivo para los demás para no creerse dignos de ellos, pues solo su idealismo y abnegación son los que permiten y facilitan el ser y la vida de la colectividad. ¡Desgraciados de nosotros si llegase a desaparecer este idealismo en nuestro pueblo y el valor de los hombres se quisiera medir únicamente por los bienes terrenales que le ha deparado la suerte! El valor de nuestro pueblo no sería ya entonces tan grande ni su existencia tan larga.

No es útil el explicar al obrero su importancia, el demostrar al campesino la necesidad de su existencia, el ir al intelectual, al trabajador mental para hacerles ver la importancia de su cometido y de su labor. Lo necesario es enseñar a cada clase social la importancia de la otra. Y así es preciso que vayamos a las ciudades a proclamar y anunciar la necesidad y la esencia del campesino alemán, que salgamos al campo  y vayamos en busca de nuestra intelectualidad para hacerle ver la importancia de los obreros y trabajadores alemanes. Vamos a ver al obrero y al campesino para enseñarles que sin la inteligencia alemana no hay vida alemana; que todos juntos deben formar una gran comunidad: inteligencia, frente y puño, obreros, campesinos y ciudadanos.

El 1 de mayo ha de transmitir al mismo tiempo al pueblo alemán el reconocimiento de que: la aplicación y el trabajo solos no crean la vida si no se desposan con la fuerza y la voluntad de un pueblo. Aplicación y trabajo, fuerza y voluntad, actuando conjuntamente, solo cuando detrás del trabajo se levante el puño fuerte de la nación para proteger y amparar, puede venir la verdadera bendición.

Hay más, este día ha de hacerle comprender al pueblo alemán: ¡Pueblo alemán! Serás fuerte cuando seas uno, cuando hayas arrancado de tu corazón tus discordias y el espíritu de lucha de clases. Podrás poner detrás de tu trabajo una fuerza inaudita cuando enlaces tu trabajo con la voluntad de vivir de todo tu nacionalismo.

Tenemos la firme resolución de que todo alemán, sea quien sea, rico o pobre, hijo de sabios o de obreros de fábrica, vaya una vez en su vida al trabajo manual para conocerlo, para que algún día pueda mandar aquí con más facilidad por haber aprendido ya antes a obedecer. No pensamos en eliminar el marxismo únicamente por fuera, exteriormente; estamos resueltos a privarlo de las presuposiciones. Queremos ahorrar los trastornos mentales a las generaciones que vienen detrás de nosotros.

Los trabajadores de la cabeza y de la mano no deben estar nunca unos contra otros. Por esta razón, exterminamos la soberbia y la presunción que se apoderan tan fácilmente del individuo y le hacen ver con desprecio a los camaradas que "solo" trabajan en el torno de banco, junto a la máquina o detrás del arado. Pero no basta que cada alemán conozca esta clase de trabajo, precisa también que el obrero manual sepa, a su vez, que también hay necesidad del trabajo mental. También a él hay que hacerle ver que nadie tiene derecho a menospreciar a los demás y creerse superior a ellos, sino que todo el mundo debe estar preparado para la gran comunidad.

En este año realizaremos por primera vez esta gran idea ética que enlazamos con el servicio de trabajo obligatorio. Y sabemos que algún día, cuando hayan transcurrido 40 años, habrá experimentado la palabra trabajo manual para millones de seres humanos la misma transformación que sufrió en un tiempo el concepto de lansquenete, en cuyo lugar hubo de ponerse el soldado alemán.

Otra de las grandes misiones que pensamos llevar a la práctica en este año es la liberación de la iniciativa creadora de los fatales influjos de los acuerdos de mayoría. No solo en el Parlamento, no, también en la economía. Sabemos que nuestra economía no podrá prosperar en tanto no se encuentre una síntesis entre la libertad del espíritu creador y el deber con respeto del pueblo todo. Nuestra misión consistirá asimismo, por tanto, en conceder a los tratados la importancia que les corresponde. El hombre no vive para los tratados y contratos, sino que estos existen para facilitar la vida del hombre. Finalmente haremos este año todos los esfuerzos posibles para recorrer la primera etapa del camino de una administración económica orgánica, partiendo del reconocimiento fundamental de que: "No hay encumbramiento que no empiece en la raíz de la vida nacional y económica, en el campesino". De aquí parte el camino que conduce al obrero y finalmente a la inteligencia.

De aquí nace otra nueva tarea: la eliminación de la falta de trabajo procurando ocupación a los que no la tienen. La procuración de trabajo la dividimos en dos grupos. Primeramente la procuración del trabajo privado. Aquí emprenderemos este año una gran obra, la referente a la restauración de los edificios y casas alemanas para que centenares de millares tengan trabajo. En este momento y en este sitio vamos a apelar por primera vez al pueblo diciéndole : ¡Alemanes! No creáis que el problema de la procuración de trabajo se va a resolver en las estrellas. Vosotros tenéis también que ayudar y contribuir a su solución. Tenéis por confianza y prudencia que hacer lo que pueda dar trabajo. Cada uno tiene el deber personal de no vacilar en la creación de lo que necesita, de no esperar para mandar hacer lo que alguna vez tiene que mandar hacer. Cada empresario, cada propietario de casa, cada hombre de negocios, cada particular, tiene la obligación de acordarse del trabajo alemán. Si el mundo propala hoy falsas afirmaciones contra nosotros, si se proscribe el trabajo alemán, debemos esperar que el alemán se haga cargo él mismo de su trabajo.

¡Queremos trabajar y trabajaremos! Todo depende al fin del pueblo alemán mismo, de vosotros, de la confianza que tengáis en nosotros, depende de la fuerza con que os confeséis partidarios del Estado Nacional. Únicamente cuando todos seáis unos en la voluntad de salvar Alemania podrá encontrar el ciudadano alemán su salvación de su patria. 

¡Camaradas alemanes! Si el mundo está así contra nosotros, con tanta mayor razón debemos formar una unidad, con tanta mayor razón debemos asegurarle: ¡Podéis hacer lo que queráis! ¡Pero nunca nos doblegaréis, jamás nos obligaréis a reconocer un yugo! ¡El llamamiento a igualdad de derechos no lo apartaréis de nuestro pueblo! El pueblo alemán ha vuelto en sí. ¡No tolerará en su seno a quienes no estén por Alemania! ¡Queremos merecer honradamente el nuevo encumbramiento de la nación por medio de nuestra aplicación, de nuestra perseverancia, de nuestra inconmovible voluntad! No imploramos del Omnipotente: "Señor, hacednos libres". Queremos ser activos, trabajar, tratarnos como hermanos, luchar juntos, para que algún día llegue la hora en que podamos presentarnos ante el Señor y podamos decirle: "Señor, ya ves, nos hemos cambiado". El pueblo alemán no es ya el pueblo sin honra, de la desvergüenza, de la anarquía, de la pusilanimidad  de la incredulidad. No, Señor, el pueblo alemán es ya otra vez fuerte en su voluntad, fuerte en su perseverancia, fuerte para sobrellevar todo sacrificio.