30 de abril de 2010

65 Años

Aunque solo sea para recordar la fecha, hoy hace 65 años de la muerte de Hitler. Mucho se ha hablado y se hablará sobre Hitler. Él sabía perfectamente (lo dijo en varias ocasiones) que la historia le maldeciría. Sin embargo, 65 años son pocos para poder valorar a un personaje histórico. Hitler fue una persona arriesgada. Un jugador, casi. Estuvo muy a punto de conseguir su sueño, tan a punto que el mundo entero tuvo que aliarse de forma antinatural para poder derrotarlo. Hitler esperó, quizá demasiado, a que el curso de la guerra cambiara. Él sabía que en la historia siempre se producen giros espectaculares. El giro que él esperaba no llegó. A menudo hablaba de la liberación de la muerte. En muchas ocasiones se ha dicho que fue un cobarde suicidándose. No estoy de acuerdo. Él mismo expresó su amargura por no poder luchar en las horas finales, debido a su estado físico. ¿Qué sentido tendría un Hitler vivo tras la hecatombe que supuso el final de la guerra? El final de Mussolini no era propio de un Führer. Su muerte fue quizá su último triunfo, burlándose así de sus enemigos y las ganas que tenían de exponerlo cual animal de feria. 

25 de abril de 2010

Hitler en avión

Hoy en día existe mucha gente que tiene pánico a volar. Pero imaginaos lo que significaba volar en los años veinte, cuando la aviación civil todavía estaba en pañales. Hitler fue una persona realmente valiente, como nos lo demuestran sus numerosos viajes en avión. No era fácil volar en aquella época. El primer vuelo de Hitler del que tenemos constancia lo hizo a principios de los años veinte. Fue un viaje para comprobar la magnitud de un Putsch en Berlín. En aquella época abundaban los Putsch, tanto socialistas como de grupos paramilitares, como el organizado por los Cuerpos Libres comandados por el general von Lüttwitz en Berlín. Hitler decidió ir a ver qué ocurría. Y viajo en una avioneta deportiva sin techo junto Eckart.  Curiosamente el piloto de esa avioneta era un personaje que tendría un significado especial en las últimas horas de vida de Hitler, el teniente Ritter von Greim.  El tiempo era muy turbulento y Hitler vomitó varias veces durante el trayecto. Cuando llegaron a Berlín el aeropuerto estaba ocupado por los obreros y Hitler tuvo que disfrazarse con una barba postiza. Eckart se hizo pasar por comerciante. Me estoy imaginando a un joven Hitler disfrazado con una barba postiza e imagino lo impagable de una imagen así. Sería un documento increíble. Pero, lamentablemente no existe. Cuando la avioneta aterrizó Hitler juró que nunca volvería a volar, puesto que la experiencia había resultado una odisea. Bueno, sabemos que no fue así. 

El piloto más conocido de Hitler fue Hans Baur. A pesar de que Baur ya era miembro del partido nacionalsocialista, en sus memorias Baur dice que le avisaron de que "un tal señor Hitler ha telefoneado", lo que suena un poco extraño, ya que eso ocurrió en marzo de 1932 y Hitler ya era conocido en todo el mundo. Lo cierto es que durante el primer encuentro entre Hitler y el piloto, el Führer recordó su primer y aparatoso vuelo y le mostró su desconfianza a volar. Baur pronto le tranquilizó y le dijo que la aviación había progresado mucho durante esos años, con los aviones trimotores. Por aquellos días Hitler estaba inmerso en numerosas campañas electorales y debía de recorrer Alemania entera. El avión le pareció un método de desplazamiento idóneo. Durante el primer vuelo que realizaron juntos, Baur colocó a Hitler a su lado para que se pudiera distraer viendo el tablero de mando y el paisaje. Le debió de gustar mucho puesto que a partir de entonces Hitler realizaría múltiples vuelos. 

La primera campaña electoral con Baur a los mandos empezó el 3 de abril de 1932 y duró tres semanas. Hitler partió de Múnich a Dresde, la ciudad que quedaría destruida por completo al término de la guerra. Hitler estaba tan contento con su piloto que le regaló un gran ramo de rosas. A Hitler siempre le gustó regalar a sus colaboradores. El comportamiento de Hitler con sus allegados era casi siempre de tipo familiar. De hecho, Hitler siempre cuidó mejor a sus empleados domésticos, chóferes, pilotos y médicos mejor que a sus militares. Con ellos se sentía muy a gusto y siempre prefería una conversación con una secretaria que con un mandatario de un país. 

Aquella campaña electoral fue muy intensa pero Hitler se mostró siempre en plena forma. Hitler aprovechaba los viajes en avión para leer la prensa, como podemos observar en la foto. Pero en muchas ocasiones el vuelo no era precisamente cómodo. Antes de volar, Hitler preguntaba a Baur sobre las posibilidades del vuelo. Baur era un piloto intrépido y siempre estaba dispuesto. En una ocasión volaron con un granizo que daño el fuselaje del avión. Volaban entre las montañas y Hitler quedó muy impresionado y emocionado a la vez. Lejos de asustarse, le recordó "el encanto de fuego de la Walkyria, al ver el granizo y la lluvia golpear el macizo en verdaderas trombas, con el telón de fondo de la siniestra y amenazante muralla de la tormenta."

En su celebrado "Triunfo de la Voluntad", de Leni Riefenstahl, hay una escena justo al comienzo en la que se ven unas vistas aéreas muy impactantes. Abajo, los emocionados ciudadanos observan descender un avión del que sale el Führer. Es una escena muy conseguida. El efecto es realmente asombroso: Hitler descendiendo de los cielos. 



20 de abril de 2010

Cumpleaños del Führer

Hoy el Führer cumpliría 121 años. No solo eso, hoy hace 65 años de su último cumpleaños. Así que con tal motivo voy a seleccionar unas cuantas fotografías poco conocidas. 














12 de abril de 2010

Estudios de Hitler



Los deterministas

Consideran que Hitler fue un producto natural de la historia. Es decir, creen que el carácter del pueblo alemán desembocaría tarde o temprano en el nacionalsocialismo. Esta manera de pensar es claramente antialemana. La obra que define el determinismo fue "Auge y caída del Tercer Reich" de William Shirer. Según este historiador, solo el carácter alemán pudo contribuir a la subida del poder de un Adolf Hitler.

Los estructuralistas

Se trata de una corriente surgida en los años sesenta que se basa en la idea de que en Alemania ya existía a finales del siglo XIX un estado militarista y autoritario que iba a desembocar en un gobierno como el del Tercer Reich. Incluso el gobierno de la República de Weimar estaría dominado por esta corriente. Ian Kershaw explica esta corriente de esta forma: “Desde esta perspectiva resultaría evidente que la mano de Hitler no se hallaba omnipresente en el manejo de los asuntos del régimen. Tanto una ‘anarquía administrativa’ como una jungla competitiva de intereses en disputa constituyeron los rasgos predominantes del Tercer Reich”.

Los intencionalistas

Los intencionalistas consideran a Hitler el responsable del funcionamiento criminal de su régimen. Aceptan el carácter alemán y su propia historia pero opinan que Hitler fue indispensable para entender el III Reich. En general se acepta que los intencionalistas creen que existía un plan preconcebido de la política de Hitler. Consideran a Hitler un factor determinante. 



Los funcionalistas

Los funcionalistas ponen en cuestión la idea de que la política del III Reich fuera el resultado de la aplicación de un plan preestablecido. Esta corriente está en contra de los intencionalistas, ya que opinan que el régimen nazi fue un sistema relativamente abierto y que Hitler no fue un dictador todopoderoso. 








Como vemos, existen teorías muy dispares para comprender la política de Hitler. Pero, ¿podemos separar la política del III Reich de Hitler? ¿Fue el III Reich un régimen exclusivamente de Hitler? En otras palabras ¿hubiera sido posible el III Reich sin Hitler? A mi modo de ver no. Por supuesto entiendo que cuando se discute el asunto, se habla de los crímenes del III Reich. Personalmente dudo mucho que Hitler pensara en crímenes cuando trazaba las líneas políticas futuras de Alemania.Por otra parte, no debemos olvidar cuando estudiamos una época, las características de esa época. No podemos mirar de la misma forma la antigua Roma o la Edad Media, o nuestra época o la de la Europa napoleónica. Lo que para nuestra sociedad es muy normal, como los derechos de las mujeres, no lo era apenas unas décadas antes. Por lo tanto, a la hora de juzgar a los personajes de otras épocas, debemos tener en consideración esto. 

Hitler vivió una época convulsiva. Vivió en un momento de revoluciones y cambios. Debido a esto, su política fue pura dinamita. También es cierto que en aquella época la gente demandaba cambios constantes, algo que no ocurre hoy en día. 

En mi opinión, los estudios sobre la Alemania nacionalsocialista se han desorbitado. Se trata de un maremágnum imposible de organizar. Existen tantos estudios que lo único que hacen es confundir más a la opinión pública. No digamos ya sobre Hitler. Cuando tienes la certeza de entender algo, lees un libro que desbarajusta toda tu comprensión. Por otra parte, no debemos olvidar la incompatibilidad absoluta que existe en torno a Hitler cuando estudiamos diferentes obras. El problema con Hitler es que nos hemos abonado al "todo vale". Cualquier teoría sobre Hitler es bien recibida en el mercado, en especial cualquier acusación que sirva para desprestigiarle. Con lo que no cuentan quienes desprestigian por gusto es que en muchas ocasiones caen en sus propias trampas. 

Otro problema que se plantea al estudiar a Hitler es la fiabilidad de las fuentes en las que se basan los estudios. Reconozco que el asunto ya se me ha convertido en una obsesión. En general, toda frase va acompañada en un libro junto a un numerito que te lleva a la fuente de la que se ha servido el autor. El problema es que en muchas ocasiones esas fuentes están en entredicho o, directamente son falsas. Existen numerosos libros editados con fuentes erróneas. Incluso una "buena fuente", como alguien que trató directamente a Hitler, puede no resultar válida. Si a esto sumamos el que muchas fuentes fueron escritas con posterioridad a la muerte de Hitler y, por tanto, bajo la presión mediática del momento, nos encontramos en ocasiones ante un panorama desolador.  Así que al final solo nos quedan los documentos escritos o hablados directamente por el propio Hitler. Yo creo que aun no se ha escrito la biografía definitiva de Hitler. No estoy pidiendo una biografía que ensalce su figura, ni que le restituya en la historia. Estoy pidiendo una biografía imparcial, sin juicios de valor y que aparte de una vez cientos de responsabilidades que achacan a Hitler sin fundamento alguno. Quizá sea pronto, porque existe el temor de que si se hace eso, las masas aclamen de nuevo a Hitler. Esto es un hecho sin precedentes en la historia. El hecho de que un personaje como Hitler, que murió hace 65 años (atención al próximo aniversario), siga despertando miedo, es muy relevante. 

Y esto me hace recordar que nos encontramos en el 65 aniversario de las últimas semanas de vida de Hitler. No solo de eso, sino del 65 aniversario del fin de la guerra. Así que se esperan múltiples actos, nuevos escritos y debates. Aunque resulta fácil saber de qué hablarán una vez más.

2 de abril de 2010

El libro secreto de Hitler

Timothy W. Ryback en el libro de reciente aparición "Los libros del Gran Dictador" (qué título tan feo y confuso) habla en todo un capítulo sobre un libro que supuestamente escribió Hitler. Como es sabido, Hitler escribió su primer libro mientras estaba en la cárcel. Cuando fue puesto en libertad se entregó a la escritura de la segunda parte. Con el tiempo ambas partes se publicarían en un solo tomo. Cuando Mein Kampf fue completado, Hitler se encargó de escribir otro libro, enfocado más a la política exterior, aunque también se dice que quería escribir un libro de memorias de sus experiencias en el frente durante la Gran Guerra.  Ryback dice en su libro que Hitler escribió 234 páginas en seis semanas, hacia 1928. Ryback incurre en el típico "podemos afirmar, con toda probabilidad, que el manuscrito fue quemado junto a la mayoría de documentos personales. En la primavera de 1945 ordenó a su ayudante, Julius Schaub, que recogiera los documentos privados que se encontraban en su apartamento de Múnich y en el Obersalzberg y que lo quemara todo."


He consultado las memorias de Christa Schroeder y hace alusión a este hecho:

"Desde 1925, Hitler empezó a escribir, en el más grande secreto una obra sobre política exterior. Nadie conocía la existencia del montón de hojas que había recubierto con su escritura pequeña y casi ilegible. Solo muy raramente, y solamente cuando se encontraba roído de dudas, hacía alusión a la obra en la que estaba trabajando. En 1939, poco después de declarar la guerra, en un acceso de megalomanía, comunicó a Hess delante mío: "Ahora, toda mi obra se hunde. He escrito mi libro para nada."

John Toland también hace alusión a este libro. Pero, a diferencia de Riback, nos dice que fue el mismo Hitler quien prohibió la publicación del libro. Dice Toland que "quizá temió que resultara demasiado filosófico y pesado para sus seguidores, o muy endeble y transparente para los más cultos." Sin embargo, Ryback dice en su libro que el hecho de que no se publicara el libro se debió a otros motivos. Dice que Hitler volvió a la actividad política y arrinconó el libro. También habla de que no se publicó por cuestiones comerciales ya que las ventas de Mein Kampf no eran muy buenas y los editores de Hitler no vieron con buenos ojos la publicación de un nuevo libro. También menciona las dudas del propio Hitler con respecto al libro. 

Otro dato al respecto lo hallamos en las últimas semanas de la vida de Hitler. Esta vez recurro a David Irving. En las últimas páginas del grueso "La Guerra de Hitler" Irving dice en boca del propio Hitler:

- Schaub, debemos destruir inmediatamente todos los documentos que aquí haya. Busca gasolina.

"Con mano temblorosa, Hitler extrajo las llaves de la caja, las entregó a Schaub, y entró en un minúsculo dormitorio. Mientras Schaub abría la caja, a los pies de la cama, y metía su contenido en una maleta de color castaño que había puesto sobre la cama, Hitler se sacó del bolsillo del pantalón la pequeña pistola Walther de 6.35 milímetros, y la sustituyó por otra Walther, más letal, de 7.65 milímetros, que tenía en la mesilla de noche. La maleta fue trasladada arriba. Con el contenido de las cajas de la Cancillería se llenaron más maletas. Luego fueron vaciadas en un cráter en el jardín. Durante un rato, Hitler estuvo en pie, al lado de Schaub, viendo cómo las llamas consumían los papeles de sus memorias, sus notas y las cartas recibidas de hombres de Estado de todo el mundo. Luego, Hitler se lamentó:  "En cierta ocasión, Richelieu dijo: "Me basta con que me den cinco líneas escritas por un hombre." ¡Qué pérdida! ¡Mis queridas memorias! Pero da igual... tarde o temprano uno ha de renunciar a estas cosas."

Hay que observar que Hitler menciona el libro en dos ocasiones, una en 1939 cuando estalla la guerra, según su secretaria, y otra al finalizar la misma, en 1945, cuando quema los documentos junto a su ayudante Schaub. Pero, ¿escribió realmente Hitler el libro? Existen muchas dudas. De lo que no cabe duda es de que el libro apareció publicado después de la guerra con el título de "El libro secreto de Hitler". Ryback dice que Hitler olvidó que existía otra copia del libro que se había guardado en una caja fuerte de la editorial Eher Verlag, en el centro de Múnich. El manuscrito esta mecanografiado y consta de 324 páginas:

"Joseph Berg, que vive en el número 35 de la ScheubnerRichterstrasse, de Múnich, y era el director técnico de esta editorial, nos entregó el manuscrito de una supuesta obra inédita de Adolf Hitler, escrita hace más de quince años y guardada en una caja fuerte. El señor Berg tenía órdenes estrictas de no imprimir ni mostrar a nadie el manuscrito."

Según  Ryback Hitler le dijo a Hanfstaengl a mediados de los años 30:

- Me alegro de que no se haya publicado este libro. ¡Cuántas complicaciones políticas me causaría en este momento."

Amann le había ofrecido a Hitler un adelanto de un millón de marcos y que los derechos le reportarían millones. Ryback opina que Hitler veía mucho riesgo en la publicación del libro. Lo cierto es que la política exterior que Hitler se vio obligado a llevar una vez alcanzado el poder, fue muy distinta de la que él quiso. 

¿Existió tal libro? A la vista de los testimonios es muy probable que sí. Otra cuestión muy diferente es lo que se publicara después de la muerte de Hitler. Yo solo he leído extractos.