28 de octubre de 2013

Ha vuelto

Finalmente, no me he podido resistir, he leído la novela de moda en Alemania, "Ha vuelto", de Timur Vermes. Me ha decepcionado, pero no por presentar a un Hitler ridículo, que es lo que esperaba, sino porque la novela comienza resultando amena y termina diluyéndose en el aburrimiento. Es una pena porque la idea del libro resulta muy tentadora. Cuántas veces nos hemos preguntado qué opinaría Hitler de nuestra sociedad. El objetivo del autor es presentar a un Hitler "puro" y que el lector se cree su propia opinión. La cuestión reconozco que es arriesgada, y más en Alemania. Es cierto que, debido a que el libro está siendo todo un éxito en Alemania, esperaba encontrar a un Hitler asesino y sediento de sangre. Pero no. Uno se encuentra en cierto modo al Hitler que conocemos: educado, simpático y conversador. Vermes dice que ha pretendido presentar a un Hitler "lo más realista posible". El autor asegura que para documentarse prácticamente solo utilizó el libro Mein Kampf. Pero se nota claramente que se ha documentado bastante más.

La idea, como sabemos, es la siguiente: Hitler despierta en un descampado del Berlín del año 2011. Confundido al principio, observa la prensa en un quiosco. Al poco tiempo se da cuenta de que los turcos que ve no significa que finalmente los turcos fueran en socorro del Berlín de 1945. También observa que se celebra el 70 aniversario de la invasión de la Unión Soviética, "se presentaba aquella operación con tintes, en su conjunto, negativos". También se da cuenta de que a él se le dio por muerto. Y de que Alemania era una "República Federal" gobernada por una mujer. "De nuevo había partidos, y por supuesto, el improductivo tira  y afloja que infaliblemente traen consigo". "El territorio del Reich parecía claramente menguado; sin embargo, los estados que lo rodeaban seguían siendo en su mayoría los mismos, incluso Polonia continuaba por lo visto con su antinatural existencia, ¡en parte además en el antiguo territorio del Reich!... ¡Para esto podría haberme ahorrado la guerra entera!"

También se da cuenta de que la moneda ya no era el marco del Reich, sino una moneda europea oficial. Se atribuye la idea de tener una moneda única en Europa, pero desconfía del euro a la que llama "moneda artificial". 

El encargado del quiosco se divierte en cierta forma con ese supuesto Hitler y le permite pernoctar allí mismo. Hitler, por supuesto, aprovechó para leer las revistas y la prensa. Por supuesto, nadie cree estar ante Hitler. Piensan que es un perfecto imitador, como es lógico. Y termina dando sus discursos en un programa de televisión de humor, con bastante éxito.

Un aspecto que creo que el autor no desarrolla correctamente es el de los avances tecnológicos. Hitler parece conocerlos todos, y apenas queda asombrado con ellos. La tecnología que ve apenas le llama la atención. Ni siquiera los nuevos modelos de coches. Creo que el autor tenía ahí un terreno bastante bueno que desarrollar. Sin embargo, apenas lo hace. Cuando en su hotel Hitler se encuentra por primera vez con una televisión, piensa que debe de ser un aparato para dejar las camisas. Cuando una empleada del hotel se la enciende, Hitler recuerda los inicios de la televisión en Alemania. Al ver algún programa de televisión, casualmente todos de cocina, piensa que al aparato no se le da la utilidad correcta:

"Admito que en tiempos pasados me sentí orgulloso porque tras haber hecho indagaciones largo tiempo por cuenta propia, logré poner en evidencia con fulminante claridad, en cualquiera de sus disfraces, las retorcidas mentiras judías que propaga la prensa. Pero ahora ya no me servía mi habilidad. Ahora sólo había verborrea en la radio y cocineros en la televisión. ¿Qué verdad iban a mantener oculta? ¿Había nabos mentirosos? ¿había puerros mentirosos?... sin embargo, si ese era medio de comunicación de la época -y de eso no cabía la menor duda-, no me quedaba otra opción".

Y sin embargo, tengo que admitir que el autor pone en boca de Hitler frases que parece que las pronuncie el propio Hitler. A veces hay declaraciones de Hitler ciertamente agudas y divertidas:

"En los últimos sesenta años, el adversario no había aprendido absolutamente nada en asuntos de comunicación con el pueblo."

"Sin los alemanes emigrados, el americano no sería nada."

Cuando Hitler descubre Internet es fácil imaginar que el invento le entusiasma:

"Pocos inventos ha habido tan geniales. Uno pasa el aparitito por encima de la mesa, y tal como uno lo va pasando por la mesa se va moviendo una mano pequeña por la pantalla. Y se si quiere tocar un punto de la imagen, uno aprieta el ratón y la manita ya está tocando el punto de la imagen. Es tan facilísimo que estaba realmente fascinado...

En cambio,, esa tecnología denominada 'interred' lo ofrecía todo a cualquier hora del día y de la noche. Sólo había que buscarlo en un aparato llamado 'Google' y tocar el resultado con ese magnífico ratón. Y al cabo de poco tiempo comprobé que, de una u otra manera, siempre iba a parar a la misma dirección: una obra de consulta perfectamente germánica llamada Wikipedia, fácil de reconocer como un neologismo formado con 'enciclopedia' y la vieja sangre germánica de los exploradores vikingos."

Sobre la reunificación de Alemania el Hitler de ficción dice:

"Hay que admitir que esa presunta 'reunificación' fue una de las pocas mentiras propagandísticas extraordinariamente bien hechas de esa república: porque para una auténtica reunificación faltaban algunos componentes no del todo irrelevantes, como justamente aquella Silesia regalada a los polacos, pero también Alsacia-Lorena o Austria."

Sobre el estado de Israel:
Me vais a permitir que ponga este montaje porque me ha parecido muy bien traído.

"No cabe duda de que la creación del Estado de Israel había contribuido hasta cierto punto a descongestionar esto; con mucho sentido común se había situado ese estado en medio de pueblos árabes, de manera que, a lo largo de décadas, de siglos, todos los implicados estuviesen incansablemente a vueltas con ellos mismos. La consecuencia -no intencionada por supuesto- de la disminución del número de judíos fue lo que se dio en llamar "milagro económico".

Las siguientes declaraciones me parecen interesantes:

"... en el canal de noticias, el N 24, había visto la víspera, hasta muy avanzada la noche, un documental con unos comentarios absurdos pero interesantes, sobre mis propias armas milagrosas. Una imbecilidad extraordinariamente cómica cuyo balance venía a ser que cada una de esas armas habría podido decidir la guerra a nuestro favor si no fuera porque yo, en último término, lo había estropeado todo una y otra vez. Es desde luego asombroso lo que esos historiadores fantasiosos, sin tener un asomo de idea, inventan con imperturbable tozudez. Apenas se atreve uno a pensar que los conocimientos que se tienen sobre hombres relevantes como Carlomagno, Otón I o Arminio, en rigor fueron transmitidos a la posteridad sólo por algún historiador que se sentía llamado a ello."

La novela pierde bastante fuelle a medida que avanza, hasta hacerse bastante aburrida. Y lo que no debemos olvidar es que si el libro ha sido un éxito en Alemania, habrá pasado por todo tipo de censuras para que el público tenga el convencimiento de que Hitler fue un loco asesino. Aunque tengo que admitir que a mí me cuesta encontrarlo. Quizá los defensores de las diferentes teorías  de la conspiración encuentren la "trampa" del libro.

Por cierto, debido al éxito, ya se está filmando su correspondiente película. 

4 de octubre de 2013

Libros de Hoffmann

Recientemente he adquirido, gracias a un seguidor del blog, un lote de las revistas monográficas que publicó en su día el fotógrafo y amigo de Hitler. Es gracias a éstas revistas que conocemos a otro Hitler, el más íntimo y, si cabe, simpático. Lo curioso es que si en su momento los alemanes conocieron a ese Hitler simpático, después de la guerra se dijo que esas revistas eran simplemente propaganda para endiosar más a Hitler. Naturalmente que las publicaciones eran propaganda y, por supuesto, un negocio. Se vendían a millones. Sin embargo nos presenta a un Hitler en todos sus entornos y de manera muy relajada. No parece que interprete ningún papel. Desde luego Hitler está más natural fotografiado en las montañas que en un mitin. De eso no cabe ninguna duda. 

De todos ellos, el libro que más me ha gustado ha sido "Wie ihn Keiner Kennt", que es una especie de biografía fotográfica del Führer. El libro contiene imágenes de Hitler como soldado de la I Guerra Mundial y de su pasaporte militar. Voy a poner las fotografías que más me han llamado la atención. Pertenecen a varias publicaciones diferentes. Muchas de las fotos de los libros son sobradamente conocidas. En este blog he puesto muchas. Pero creo que merece la pena ver las fotos. Ciertamente Hoffmann fue un gran fotógrafo. Teniendo en cuenta las técnicas de la época, sus fotografías eran muy artísticas y de una gran calidad.  Espero que os gusten.