Mostrando entradas con la etiqueta Berghof. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Berghof. Mostrar todas las entradas

3 de abril de 2013

¿Se dedicó Hitler a la política para hacerse millonario?

- Me dediqué a la política contrariando mis aficiones. Por lo demás, solo veo en ella un medio que conduce a un fin. Hay gentes que creen que me sería duro quedarme sin la actividad que tengo ahora. Se engañan enormemente, ya que el día más hermoso de mi vida será el que deje detrás de mí la política, con sus disgustos y su esclavitud. Cuando concluya la guerra, tendré la sensación de haber cumplido mi deber y me retiraré. Querría entonces consagrar cinco o diez años a dar lucidez a mi pensamiento y objetivarlo en forma de obra escrita. Las guerras pasan. Sólo subsisten los testimonios del genio de los hombres.

- Si hubiera existido alguien capaz de realizar la obra a la que me he consagrado, no habría emprendido nunca el camino de la política. Me atraían más las artes o la filosofía. La preocupación que siento por la existencia del pueblo alemán me obligó a esta actividad. Sólo a partir del momento en que las condiciones de vida están aseguradas, puede florecer la cultura. 
(Hitler, Conversaciones)

Pongo estas palabras de Hitler porque en los últimos tiempos está habiendo un ataque nuevo hacia el Führer: que entró en política para enriquecerse.

Estoy leyendo el libro "Secretos del Tercer Reich" de Guido Knopp. El título ya nos indica a las claras, que no nos va a ofrecer ningún secreto, por lo menos los que hemos leído algún libro sobre el Tercer Reich. El libro (también podríamos llamarle "basura" pero bueno, para entendernos le llamaremos "libro") contiene un capítulo entero llamado "El dinero de Hitler". Tratándose de un libro de "secretos" uno puede pensar que contendrá alguno importante. Pero no. El autor nos quiere presentar a un Hitler ávido de dinero cuyo único fin en la vida fue enriquecerse. Incluso se atreve a decir que la mentira de que Hitler fue un hombre sencillo, sin apego a lo material, es un bulo que ha pervivido desde el III Reich. Desde 1945 se propusieron aniquilar a Hitler de todas las formas posibles y, mira por dónde, descubren ahora que aún quedan bulos del III Reich sin desmontar.

Decir que Hitler fue un avaro millonario es muy sencillo. Basta recurrir a los coches que tuvo, a su casa de montaña, al arte que coleccionó y a los regalos que hacía a Eva Braun. Es muy fácil. Con esos tópicos ya tienen su libro, se desarrollan convenientemente y listo.

Veamos qué nos dice el amigo Guido Knoop en su pastiche. Lo primero, que Hitler ya era millonario antes de llegar al poder. Todos sabemos que Hitler vivió holgadamente con las ventas de su libro Mein Kampf, como no podía ser de otra manera. Por cierto, que en un principio Mein Kampf no se vendió muy bien. No fue hasta 1932 o 1933 en que el libro comenzó a venderse. El autor recurre a la demagogia diciendo que lo que ganaba Hitler era setecientas cincuenta veces más que el sueldo de un obrero de la época. Incluso dice que "al escritor de éxito en que se había convertido Hitler no le resultaba difícil  realizar donaciones que causaban un gran revuelo en los medios de comunicación". Pero, ¿esto no nos suena a algo? ¿No está nuestra sociedad abarrotada de famosos, futbolistas y políticos haciendo supuestas obras sociales que anuncian a bombo y platillo?

"El estilo de vida de Hitler, que de puertas para fuera parecía espartano, y su celebrada modestia personal no eran sino parte de una escenificación que tenía poco que ver con la realidad. El multimillonario Hitler podía ser un asceta en lo que a comida y vestido se refiere: el biógrafo Ian Kershaw lo asegura en su obra fundamental, Hilter, 1889-1936", aunque añade que la vida del dictador transcurría "en el marco de un lujo desorbitado". Es evidente que el Führer del Tercer Reich disfrutó de los frutos que le proporcionaba el poder. En qué medida lo hizo es uno de los secretos de la dictadura nazi".

Para tratarse de un libro llamado "Secretos del Tercer Reich" y que el propio autor afirme que no puede responder a su propia pregunta y que lo solucione con un vergonzoso "es uno de los secretos de la dictadura nazi", nos viene a demostrar que este libro no solo es una tomadura de pelo sino que es una estafa. Por otra parte, que tenga a Ian Kershaw como referente ya nos dice por dónde van los tiros.

En el mismo capítulo Knoop hace un esbozo biográfico de Hitler en donde llega a llamarle "muerto de hambre insignificante", un estilo aprendido de su idolatrado Kershaw, por supuesto. Ya lo he dicho muchas veces, un libro escrito mediante insultos no merece ningún crédito. Pero con Hitler estamos más que acostumbrados.

No merece la pena perder tiempo con este libro pero voy a transcribir algunas perlas para que os hagáis una idea. Más que descrédito o pena, producen risa:

- Hitler se olía que la política le daría ocasión de ganarse la vida, ascender en la escala social y convertirse en alguien.

- Hitler se convirtió en uno de aquellos beneficiados por la inflación a los que permanentemente censuraba, implacable, en sus discursos.

El libro apenas contiene fuentes y las frases "se sospecha que.." son habituales. Por otra parte,  achacar que Hitler ganó en 1931 40.780 marcos en concepto de derechos de autor es tan mezquino como achacárselo a cualquier escritor de éxito.

Un capitulo del libro se llama "Lujo y Ostentación" pero ¿cuál es el lujo del que se rodeaba Hitler? Nada más que Berchtesgaden, que por otra parte era una casa modesta. No creo que la residencia de Hitler haya sido más lujosa que la de cualquier otro mandatario de la época, o incluso de nuestra época. El autor incluso aprovecha para llamar a Hitler "chapucero" porque la casa le parece digna de ser rechazada en "cualquier curso de la Escuela Técnica Superior".

Pero el autor va más allá y se atreve a asegurar que para edificar el Berghof hubo que hacer una presión brutal sobre los dueños y que algunos incluso fueron enviados a campos de concentración. Sin embargo, se le olvida al autor mencionar una fuente que lo acredite. Si alguien sabe algo al respecto que informe por favor, aunque me temo que se trate de un bulo.

Después la traducción es una chapuza. Por ejemplo de Göring dice que fue "delegado del plan trimestral". Sin palabras.

Por supuesto que Hitler ganó dinero. Por supuesto que vivió como un pequeño burgués. Pero la realidad es que Hitler fue una persona de gustos muy sencillos. Nunca hizo ostentación de riqueza.  Me resulta curioso que en estos días se afanen en convertir a Hitler en un avaricioso y codicioso cuyo único fin por dedicarse a la política era convertirse en millonario. Hace falta ser retorcido. Sobre todo en la época en que vivimos, cuyos políticos democráticos se han llenado los bolsillos de dinero público. Éste es el escándalo. Y no que Hitler fuera millonario, como por otra parte, no podía ser de otra manera. Sin embargo la única preocupación del Führer en su testamento fueron su familia, sus empleados, el partido y el Estado, a quienes cedió sus bienes. Aquí la única realidad es que Hitler ha hecho millonarios a quienes hablan mal de él. El resto es una patraña. 

28 de enero de 2010

Fotografias en color de la vida de Hitler

A continuación presento algunas fotografías en color que el fotógrafo Hugo Jaeger hizo del entorno de Hitler. Merecen la pena porque se trata de fotografías de gran calidad que estuvieron muchos años sin salir a la luz. 



A la izquierda, el camino de Leonding, Austria, donde Hitler creció desde 1898 hasta 1905.
Aquí vemos la primera escuela a la que asistió el Führer.





























Arriba vemos la tumba de los padres de Hitler y a la derecha la tumba de su hermana Paula.



Aquí podemos ver dos fotografías de la casa del Führer en el Berghof .
A continuación vemos unas fotografías de los despachos de Hitler y otros rincones de la Nueva Cancillería:



Finalmente, en la fotografía de la izquierda vemos el despacho de Hitler en Múnich.

30 de julio de 2009

Vacaciones







Bueno, la verdad es que estos días no he tenido mucho tiempo para actualizar el blog en condiciones. El verano tiene la culpa. Así que tampoco es cuestión de añadir entradas a toda prisa. Voy a estar 15 días de vacaciones así que lo más probable es que apenas tenga tiempo de conectarme. Después, espero volver a la carga.

Pongo unas fotografías de Hitler en actitud relajada, acorde con el descanso. Lo que más le gustaba a Hitler para relajarse era acudir a su querido Berghof, como todos sabemos. Allí en la montaña se sentía muy cómodo. Ciertamente Hitler nunca fue una persona amante de viajar. Aunque en aquella época la gente no viajaba tanto como ahora. Si bien es cierto que recorrió Alemania entera en muchas ocasiones. Lo que más le gustaba era viajar en coche. Le gustaba admirar el paisaje y parar de vez en cuando para comer en el campo. Cuando subió al poder ya casi no podía viajar sin que masas de admiradores le acosaran. Hitler llevaba la fama con resignación, aunque siempre se lamentó de no poder salir a la calle de incógnito. De todos los viajes que realizó, siempre guardó muy buenos recuerdos de Italia, de donde decía que se comía muy bien.

A Hitler se le debe en cierta forma los viajes modernos. El turismo de masas lo inventó él. Durante el III Reich los trabajadores alemanes podían viajar y hacer cruceros de forma muy económica. De hecho Hitler siempre se preocupó de que los trabajadores tuvieran acceso al bienestar, y los viajes eran parte de su programa. Tampoco hay que olvidar que las autopistas creadas por él, facilitaron mucho el traslado de la gente de un lugar a otro de forma cómoda. Hitler tenía pensado también fabricar grandes trenes veloces. También la aviación comenzó a hacerse popular. Hitler solía hablar sobre los aviones del futuro, que son en cierta forma los que utilizamos hoy.

Os dejo con este vídeo del paisaje que disfrutaba Hitler, visto en la actualidad:
A los que os encontráis en verano, os deseo unas felices vacaciones. A los que estáis al otro lado del atlántico en invierno, que disfrutéis también lo que podáis. Nos vemos a la vuelta.

30 de marzo de 2009

Hitler en la intimidad


Lo que más gustaba a Hitler era acudir al teatro, al cine o a la ópera. Pero, debido a su gran popularidad, no podía asistir a ningún lugar público sin que se armara un gran revuelo de admiradores que iba creciendo y creciendo. Así que optaba por refugiarse en el Berghof. A dos kilómetros de la casa, se construyó un salón de té. Siempre iban hacia allí caminando. Su perra y los perros de Eva Braun disfrutaban mucho con ese largo paseo.  Después de cenar se solía proyectar una película. Todos los adelantos en cuestiones cinematográficas le eran instalados a Hitler. Así pues, se le proyectaban películas en estéreo y, por supuesto, en color. También en el Berghof había un televisor.  Después de la película a Hitler le gustaba reunir a sus invitados alrededor de la chimenea . Le gustaba hablar de todo tipo de cuestiones y, parecía que nada se le escaba a su saber. Se hablaba de arte, de teatro, de arquitectura. Poseía una memoria increíble y era capaz  de recordar toda clase de fechas históricas, incluso el tonelaje de cada flota del mundo. El calendario de la flota alemana se lo sabía de memoria y no era raro que pusiera en apuros a sus oficiales haciéndoles preguntas que no podían contestar.  Conocía todas las marcas de coches así como sus características. Si alguien le contradecía, Hitler no se enfadaba, sino que apostaba entonces y, generalmente, siempre ganaba.

Le gustaba contemplar el fuego de la chimenea. Se acercaba mucho a las brasas y se entretenía echando leña. En esos momentos se servía té o café. Incluso toleraba que se bebiera algo de alcohol, a pesar de que él era un convencido abstemio.  En ese ambiente también le gustaba relajarse con música. Poseía una gran cantidad de discos. Como es sabido, le gustaba Wagner, aunque también Strauss y las sinfonías de Beethoven. En cuanto a música ligera, la que más le gustaba era "La Viuda Alegre". No le gustaba nada Tchaikowsky. En una ocasión la esposa de Baldur von Shirach le llevó un disco de "La Patética de Tchaikowsky" y mandó quitarlo al momento.

También le gustaban las discusiones médicas entre especialistas. Le gustaba mucho escuchar con paciencia y hacía preguntas que eran para él desconocidas. Aquellas discusiones médicas podían durar horas y Hitler solía identificarse con las enfermedades que describían los médicos.

24 de octubre de 2008

El Berghof

 El Berghof tal y como lo podemos encontrar en la actualidad:
Aquí podemos ver un vídeo en el que aparece Hitler en la terraza del Berghof y cómo quedó su casa una vez bombardeada:

Y para los que deseen mayor información e imágenes estas tres partes de un documental. Destacan las imágenes del Führer junto a unos niños dentro de su casa en la segunda parte:



15 de octubre de 2008

Hitler de pícnic



Antes de la subida al poder a Hitler le gustaba mucho hacer picnics en el campo (primera imagen). Disfrutaba mucho extendiendo unas mantas y comiendo relajadamente refrigerios. Después de la toma de poder se quejó a menudo de que ya no le resultaba posible hacerlo puesto que en cuanto se corría la voz de que el Führer estaba cerca, se veía rodeado de seguidores. Así que a partir de entonces comenzó a descansar en el Berghof (segunda imagen). Allí también acudían sus seguidores para esperar a que el Führer saliera a saludarles. En muchas ocasiones lo hizo y se dejaba retratar o firmar autógrafos.