8 de diciembre de 2009

Seguimos a vueltas con el cadáver de Hitler

Ya vimos hace poco que unos investigadores llegaron a la conclusión de que los restos del cráneo de Hitler que se encuentran en Moscú pertenecían al cadáver de una mujer. Ahora los rusos han salido al paso de esa noticia diciendo que guardan la mandíbula y partes del cráneo de Hitler. Dicen que los restos de Hitler fueron destruidos por orden de los dirigentes soviéticos. También aseguran que su tumba en Alemania Oriental se guardó en secreto para que no se convirtiera en un santuario de neonazis y que sus cenizas fueron esparcidas a un río. Eso sí, aseguran que guardaron un trozo de cráneo y mandíbula que se encuentran en la sede  del Servicio Federal de Seguridad, lo que antes era conocido como KGB.





El actual jefe del Servicio Federal de Seguridad  Yuri Jritoforov, ha reiterado que los restos de Hiter y otros dirigentes del III Reich fueron destruidos para evitar que sus tumbas se convirtieran en un centro de peregrinación. Asegura que el 4 de abril de 1970 sus cuerpos fueron incinerados y sus restos arrojados al río Biederithz.  Al ser preguntado por las informaciones publicadas por científicos de la Universidad de Connecticut en donde se aseguraba que los restos que quedan pertenecen al cadáver de una mujer el general ruso ha dicho que "ningún investigador norteamericano ha presentado una solicitud al Archivo del FSB "y aunque permitiéramos tomar muestras de ADN, nos preguntamos con qué compararían esos datos".

Evidentemente en esta historia algo falla. Nos encontramos ante un problema a la hora de contrastar las informaciones ya que la Unión Soviética jugó durante muchos años al engaño con el asunto del cadáver de Hitler. Y parece que la actual Rusia sigue la misma táctica.

Uno de los encargados de quemar el cadáver de Hitler fue su chófer  Erich Kempka. En su libro "Yo quemé a Hitler" asegura que el fuego consumió los cadáveres de Hitler y Eva Braun pero que "una incineración completa parecía imposible debido a la constante caída de granadas soviéticas. La operación duró desde las 14 horas hasta las 19.30 aproximadamente. En el transcurso de la tarde conseguí que mis hombres se procurasen , en las más difíciles condiciones que cabe imaginar, varios cientos de litros más de gasolina."

Más adelante Kempka asegura que "los restos carbonizados de Hitler y su mujer fueron recogidos a continuación y sepultados en una pequeña tumba al pie del muro de la que había sido mi vivienda."

Como vemos, por mucho que los rusos se empeñen, todo son rumores en torno al cadáver de Hitler. Las noticias más inverosímiles surgen cada cierto tiempo. Yo tengo la sospecha de que, ante semejante  caos de información, se pretende engañar al público de manera descarada. Se oculta información, se engaña y se miente de manera deliberada. Como siempre, debemos de ser muy cautos y no creer la información ambigua que nos llega.