14 de noviembre de 2010

La subida de Hitler al poder

Mucho se ha hablado de los triunfos y fracasos de Hitler. Sobre todo de los fracasos, porque parece que resulta útil hablar solo de sus fracasos. Sin embargo Hitler representa a ese tipo de personas, que se dan muy poco en la historia, capaces de superarse a sí mismos y conseguir objetivos ciertamente inimaginables. Sus conquistas militares son impresionantes. Sus logros sociales y el haber sido capaz de tener a toda una nación en su corazón, también. Tampoco debemos olvidar como un gran triunfo de Hitler el hecho de que sea tan conocido en el mundo entero y de que su figura sea recordada hoy en día, para bien o para mal. Sin embargo todo eso no hubiera sido posible sin lo que yo considero el mayor logro de Hitler: su escalada al poder. El hecho de haber intentado subir al poder mediante un golpe, el famoso Putsch de Múnich, y de haber fracasado, hizo recapacitar a Hitler sobre el método a utilizar. Sabemos que ese método le fue bien a Mussolini (aunque el tiempo demostró que Mussolini no tenía todo el apoyo que necesitaba para sostenerse), sabemos que muchos dirigentes y militares han conseguido el poder mediante golpes de estado. El método de Hitler, conseguir el poder mediante armas legales y mediante el apoyo de las urnas, fue ciertamente una hazaña más asombrosa que sus conquistas militares. El hecho de ser un personaje anónimo y alcanzar la cancillería de un país como Alemania, supuso para Hitler un hito difícil de superar. Nadie lo ha logrado en tiempo record como él. De hecho, sus campañas electorales han sido imitadas. Normalmente se intenta soslayar el asunto aduciendo que la subida al poder de Hitler tuvo poco merito e incidiendo que la crisis mundial le aupó al poder. Los historiadores y analistas intentan restar importancia al merito de Hitler pero lo cierto es que hizo un esfuerzo titánico para lograrlo. Siempre me ha sorprendido que digan que Hitler fue poco más que un vago, que no tenía horarios etc. Pero lo cierto es que las energías de Hitler fueron impresionantes. Me gustaría que quienes critican a Hitler me dijeran quién ha logrado en la historia algo tan increíble como llegar al poder de la nada y en semejante tiempo. El mismo Hitler hablaba de 14 años de lucha. Eso es cierto si tenemos en cuenta que Hitler comenzó su carrera política prácticamente cuando finalizó la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, en 1925 Hitler tuvo que comenzar prácticamente de cero, lo que nos indica que Hitler consiguió el poder en tan solo 7 u 8 años.

Cuando Hitler salió de la cárcel, en 1924, tuvo que comenzar desde cero. La mayor parte de sus partidarios se hallaban encarcelados aún o habían desaparecido. Los que seguían, estaban peleados entre sí. Según Joachim Fest, cuando Hitler regresó de Landsberg "es verdad que solo existían ruinas pero también es cierto que ya no existían rivales serios." Después Hitler quiso legalizar la situación de su partido. Según Fest, Hitler quiso seguir siendo revolucionario "y al mismo tiempo, como defensor de las actuales situaciones, dar la sensación de ser radical y templado, de amenazar el orden y figurar como conservador, quebrantar la ley pero conjurar de la forma más convincente su recomposición." 

La cárcel le sentó bien a Hitler. En una ocasión dijo:

- Aquel periodo me dio la oportunidad de profundizar en varios conceptos de los que sólo tenía un conocimiento instintivo. Fue también durante mi encarcelamiento cuando adquirí esa fe inquebrantable, ese optimismo, esa confianza en nuestro destino que a partir de entonces nada pudo hacer vacilar.

En la biografía de Fest, hay unas declaraciones de Hitler que nos dicen mucho sobre sus métodos:

- Si alguien viene y me quiere imponer condiciones, entonces le digo: "amiguito, ante todo espera un momento y escucha las condiciones que yo te impongo. Yo no aprecio a la gran masa. Después de un año ustedes, mis partidarios, deben juzgar; he obrado correctamente, entonces todo va bien; si no he obrado correctamente, entonces deposito mi cargo en sus manos. Pero hasta entonces vale que: yo dirijo al movimiento completamente solo y nadie puede imponerme condiciones, mientras sea yo el responsable. Y yo me hago totalmente responsable de cuanto pueda suceder en el movimiento.

A parte de ganar a la población para captar sus votos, Hitler centró sus esfuerzos en ganarse a los industriales, financieros y al propio ejército. Ya antes del golpe de 1923 Hitler buscó el apoyo de la industria alemana, a pesar de que existía un marcado sentimiento anticapitalista en el movimiento. Los empresarios temían al comunismo mucho más que al nacionalsocialismo por lo que no le resultó difícil ganárselos. Por otra parte, Hitler llegó a poseer un ejército mayor que el propio ejército regular. Este detalle es muy importante ya que no conocemos muchos casos, a parte de los comunistas en Rusia, de un movimiento político sostenido por semejante número de paramilitares.

Se ha dicho a menudo que Hitler se vendió a los industriales y al ejército para alcanzar el poder. Sin embargo no cabe duda de que la estrategia de Hitler funcionó: fue lo suficientemente inteligente como para buscar su apoyo para lograr un fin. Hitler nunca se sintió cómodo con los grandes industriales y siempre tuvo un marcado sentimiento anticapitalista. Prefería la compañía de sus modestos sirvientes que estar entre empresarios. Pero no era posible alcanzar el poder sin el apoyo de éstos.

También se ha dicho que Hitler alcanzó el poder gracias a la crisis mundial existente y al empleo de chivos expiatorios, como eran los judíos y los comunistas. Sin embargo hay que estar muy preparado para alcanzar el poder, por mucha crisis que exista. Por otra parte, nunca he estado de acuerdo en que Hitler utilizara a judíos y comunistas como chivos expiatorios. Hitler los combatió porque creía firmemente que debía hacerlo, no para utilizarlos.

En 1932 Hitler envió una carta al Presidente de la república von Hindemburg:

- Puedo asegurarle a vuestra excelencia mi firme decisión de formar un gabinete presidencial propuesto por mi, sujeto a mi dirección y aceptado por vuestra excelencia, con todas las premisas constitucionales necesarias para un largo y fructífero mejoramiento de nuestro pueblo política y económicamente arruinado. Por este motivo, dirijo a vuestra excelencia un solo ruego, el de otorgarme por lo menos, tanta autoridad y poderes como los que antes que yo recibieron hombres que por su parte podían contribuir igual que yo a valorar la autoridad y el prestigio del nombre de vuestra excelencia. No obstante, como estoy obligado a causa de la constitución a tener en cuenta a los partidos para el legal funcionamiento del futuro gobierno, llevo conmigo, señor Presidente del Reich, al partido más grande de todos. Pero mi nombre y la existencia de este gran movimiento alemán, son garantías que se verían anuladas, necesariamente, por un fracaso en nuestros esfuerzos. En tal caso, señor Presidente del Reich, yo no veo después de nosotros una dictadura militar, sino el caos bolchevique. Si después tuviera que persistir en el propósito de volver a formas de gobierno de viejo sello parlamentario, entonces sería necesario, a mi parecer, dar a conocer esta voluntad de vuestra excelencia. Sin embargo, en este caso, me permito con todo respeto, llamarle la atención sobre las repercusiones de una decisión semejante. Yo las lamentaría profundamente. Permítaseme, para concluir, rogar a vuestra excelencia tener en debida cuenta mis motivaciones y desistir del intento de darle esta solución a la crisis.

Apenas dos meses de enviar esta carta, Hitler consiguió alcanzar el poder, una gesta que solo él supo lograr de manera magistral.