19 de marzo de 2010

John Toland (4)

Ya en el apartado de la guerra, Toland nos dice que "para Hitler, la invasión de Polonia no era una guerra, sino solamente un golpe para apoderarse de lo que pertenecía a Alemania por derecho."  Observamos también el buen estado de salud de Hitler al comienzo de la guerra: "los espectadores se sorprendieron al ver a Hitler subir ágilmente al estrado en uniforme gris de campaña. Parecía un traje militar, pero era simplemente el uniforme del partido, en otro color." Tenemos también una declaración de Hitler interesante:

- Quien lucha con veneno será combatido con veneno. Quien quebranta las reglas humanitarias  de la guerra sólo puede esperar de nosotros lo mismo. Llevaré adelante esta lucha, no importa contra quién, hasta que la seguridad del Reich y sus derechos estén asegurados... A partir de este momento, toda mi vida pertenece más que nunca a mi pueblo. Ahora no deseo ser otra cosa que el primer soldado del Reich alemán. Por lo tanto, una vez más que he puesto ese uniforme que siempre ha sido tan sagrado y tan querido para mi. ¡No me lo quitaré hasta la victoria, o no viviré para ver el final!

Sorprende el hecho de que la salud de Hitler fuera tan buena al comienzo de la guerra y que en tan poco tiempo se deteriorara tanto. Yo creo que a partir de entonces Hitler ya no descansó. Se dedicó con tanto ahínco a la guerra que el esfuerzo le minó enormemente. Por otra parte no se puede olvidar el sufrimiento mental de Hitler. Se dice que Hitler no visitaba a los enfermos del frente. No es verdad. Lo hizo a menudo. Sí es cierto que Hitler no visitó ninguna ciudad bombardeada para alentar a la población. Pero sabemos que sufría esos ataques aéreos. Sus conversaciones así lo atestiguan.

Al comienzo de la guerra, Hitler le dijo a Hess:

- Ahora toda mi obra se derrumba. Escribí mi libro para nada.

Por otra parte, también era optimista. Según su asistente, Hitler era "la seguridad personificada."

A partir de entonces, Hitler quiso ser muy austero consigo mismo. Le dijo a Linge:

- Usted se ocupará de que yo sólo coma lo que pueda comer la gente común de Alemania. Mi deber es dar ejemplo.

Tanto es así que repetía a menudo:

- Las tropas que luchan en el frente deben estar seguras de que su líder comparte sus privaciones.

Cuando Hitler visitó París y vio la tumba de Napoleón, le dijo a su arquitecto Giesler:

- Usted construirá mi tumba.

Le dijo a Giesler que su tumba debía de ser sumamente sencilla y que se erigiría en Múnich:

- Aquí es donde nací realmente, aquí inicié mi andadura y aquí está mi corazón.

No estoy de acuerdo con Toland en presentar a un Hitler que se cree sobrehumano. Toland dice que Hitler pensaba de si mismo que "su naturaleza era más divina que humana." Sin embargo Toland no cita las fuentes por las que afirma eso. Era habitual oírle a Hitler decir que le disgustaba profundamente que la gente le viera como a un semidios.

Sobre la guerra con Rusia:

- Siempre he sostenido que debíamos evitar a toda costa hacer la guerra en dos frentes, y puede estar seguro de que he meditado largamente  y con preocupación sobre Napoleón y sus experiencias en Rusia. ¿Por qué entonces, cabe preguntarse, esta guerra contra Rusia, y por qué en el momento que yo he elegido?

Algo que echo en falta en la biografía de Toland es el citar las fuentes. Porque hay una frase atribuida a Hitler que a mi me hace sospechar que es falsa:

- Yo soy el Führer de un Reich que ha de durar mil años. No hay poder capaz de hacer temblar al Reich alemán. La Divina Providencia ha querido que sea yo quien lleve a cabo la misión alemana.