12 de enero de 2010

Hitler, chivo expiatorio

Recuerdo una escena de la película "Hitler el Reinado del Mal" en donde el protagonista que encarna a Hitler golpea con sadismo a su perrito indefenso. Esa escena es inventada y falsa a todas luces. Hitler nunca maltrató a ningún animal, es más, no solo estaba en contra de ello sino que fue un gran amante de los animales durante toda su vida. La escena es ciertamente inverosímil, puesto que Hitler fue un vegetariano ético, pero sirve para demostrar lo calumniado que está el personaje. Este ejemplo es ilustrativo de que contra Hitler todo vale. Y ciertamente al final el público cree que Hitler fue un sádico salvaje. Curiosamente hoy, un director de cine tan conocido como Oliver Stone ha sido noticia porque se ha atrevido a decir que "Hitler fue un chivo expiatorio". Las declaraciones del director resultan muy interesantes, aunque habrá que esperar a ver su documental, ya que como sabemos, la prensa nos ofrece las noticias muy sesgadas. En todo caso, lo cierto es que el hecho de que Oliver Stone haya nombrado a Hitler, entre otros personajes, le ha servido para hacerse publicidad gratis. Porque si no lo hubiera nombrado no habría resultado escandaloso.

Hitler no fue un sádico y nunca obtuvo placer con el sufrimiento de sus enemigos. En contra de lo que apuntan muchos historiadores, Hitler no vio las películas de las ejecuciones de los conspiradores del 20 de julio. Aunque aún existen historiadores que, a falta de pruebas, prefieren decir que no se sabe si las vio o no. John Lukacs asegura que no las vio. Conociendo un poco a Hitler, uno no se lo imagina disfrutando mientras ve ejecuciones. Por otra parte, tampoco está claro si existen esas filmaciones. ¿Alguien las ha visto? Al parecer durante la guerra los aliados hicieron una película falsa en las que se veían las supuestas ejecuciones. De lo que no me cabe ninguna duda es de que si hubiera testigos presenciales nos lo habrían relatado. Pero nadie del círculo íntimo de Hitler ha dicho que el Führer ni nadie vio la famosa filmación. Me resulta del todo inconcebible que nadie que haya visto la película junto a Hitler no lo pudiera recordar tras la guerra, sobretodo sabiendo que el público demandaba historias como esas.

Otra mentira difundida también por el cine, es la famosa frase "¿Arde París?" y que atribuye a Hitler la intención de destruir la capital francesa. París era una ciudad muy admirada por Hitler. De hecho, Hitler dio órdenes precisamente de lo contrario, de no destruir ni París ni Roma. Aunque no es menos cierto que no le importaba en absoluto la destrucción de otras ciudades, como Moscú. En un principio se negó a bombardear Lóndres. Es más, Hitler siempre fue muy titubeante cuando tenía que tomar una decisión de esas características. La ironía del destino ha querido que la imagen de una Europa apocalíptica sea atribuida a Hitler, cuando fueron sus enemigos quienes la bombardearon con mayor intensidad.



En 1940, en el apogeo de su poder, Hitler se encontró con su amigo de juventud Kubizek. La escena me resulta sobrecogedora. Precisamente es una escena muy cinematográfica. Hitler le dijo a su amigo:

- Tengo todavía infinitas cosas por hacer. ¿Quién va a hacerlas si no? Y aquí me ves, cruzado de brazos, observando cómo la guerra me roba mis mejores años... Nos hacemos viejos, Kubizek. Dentro de no muchos años, será tarde para hacer lo que queda por hacer.